A menos de un año de dejar su cargo como presidente de los Estados Unidos, Obama llega a cuba para acabar con la eterna guerra fría entre ambos países. La visita de carácter oficial incluirá reuniones con empresarios y disidentes del régimen.
Un hecho histórico sin duda, la imagen de de Barack Obama que descendía del avión en La Habana, junto a su mujer Michelle y sus hijas, después de décadas de enfrentamientos entre los dos países.
Obama, ha dicho que su visita a Cuba es sólo «un primer paso» en la nueva relación entre ambos países, agregando que la misma tiene carácter «histórico».
En un encuentro con el personal de la Embajada estadounidense en La Habana, el mandatario ha recordado que «han pasado casi 90 años desde que un presidente estadounidense estuvo en Cuba». «Es maravilloso estar aquí», ha agregado.
«Esta es nuestra primera parada. Es una visita histórica y es una oportunidad histórica para interactuar de forma directa con el pueblo cubano» y ha abogado por aprovechar la visita para «alcanzar nuevos acuerdos, pactos comerciales, construir nuevos lazos entre ambos pueblos», así como para presentar su visión «de un futuro más brillante que el pasado».
Tras haber arribado anoche al aeropuerto José Martí, Obama se reunirá con los máximos responsables de la Iglesia católica en Cuba. Está prevista una reunión con el cardenal Jaime Ortega, un interlocutor clave del castrismo, quien medió con éxito para la liberación de presos políticos en 2010 y el Vaticano fue un intermediario para que Washington y La Habana acercaran posturas hace poco más de un año.
Hoy se producirá el esperado encuentro entre el primer mandatario norteamericano y su par cubano Raúl Castro. Esto ya forma parte del programa oficial de la visita. Primero, Obama depositará flores frente al monumento de José Martí en la Plaza de la Revolución, ya que así lo indica el protocolo diplomático. Después lo esperará Castro en el Palacio de la Revolución. Por la noche, los jefes de estado compartirán una cena.
A lo largo de la jornada, Obama también se reunirá con pequeños y medianos empresarios en la isla. El encuentro con representantes del sector privado no es casual: significa un claro mensaje de apertura económica que el líder estadounidense quiere transmitir. Ese cónclave tendrá lugar en la Fábrica de Arte Cubano, situada en el barrio del Vedado.
El martes tal vez se produzca el hecho más importante que marcará la visita del presidente de EE.UU. Todas las miradas del país apuntarán al Gran Teatro de La Habana. Allí Obama pronunciará un trascendente discurso.
Su mensaje será televisado en directo para toda la isla. Obama dedicará gran parte de sus palabras a la situación de los derechos humanos en Cuba, y también se referirá al exilio cubano afincado en el sur de Estados Unidos.
El presidente estadounidense también se reservará un hueco para reunirse con los disidentes. El mensaje será el de seguir abogando por los derechos civiles en la isla pese a su nueva política de diálogo. Al encuentro en la embajada estadounidense asistirán los disidentes Manuel Cuesta Morúa, José Daniel Ferrer y la bloguera y periodista opositora Yoani Sánchez.
En el final de la visita, Obama asistirá el martes a un histórico partido amistoso de béisbol entre el equipo de los Tampa Bay Rays, de Florida, y la selección nacional cubana. El encuentro se jugará en el emblemático Estadio Latinoamericano, remozado especialmente para la ocasión.