Luz verde a la plaza del Cinc d’Oros

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PRUEBA

Los Consejos Plenarios de los distritos de Gràcia y el Eixample han informado favorablemente esta semana sobre la propuesta recibida de la Ponència de Nomenclàtor sobre el cambio de denominación de la plaza de Joan Carles I, en el cruce de la avenida Diagonal con el paseo de Gràcia, por el de plaza del Cinc d’Oros.

Gracias al apoyo de los distritos que colindan en la plaza, sale adelante la propuesta de recuperar el nombre popular de Cinc d’Oros por el que la plaza ha sido conocida, debido a su fisonomía, desde que se urbanizó a principios del siglo XX. La Ponència de Nomenclàtor ya informó favorablemente del cambio de nombre de la plaza a principios de abril, basándose en los criterios de la Comisión de Toponimia de Cataluña de tener en cuenta las denominaciones históricas genuinas.

La propuesta, sometida a votación en los plenos de los dos distritos, recibió el apoyo de Barcelona en Comú, ERC, PSC y la CUP, la abstención de CiU y el voto contrario del PP y Ciudadanos. El primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, se ha refirido al apoyo mayoritario como “un ejemplo más que Barcelona es una ciudad moderna y democrática donde todo se puede discutir libremente y con naturalidad, sin miedo”. Pisarello ha recordado: “El cambio de nombre de la futura plaza del Cinc d’Oros es una reivindicación histórica del vecindario y de las entidades que este Gobierno quiso asumir.”

Se prevé que el cambio de nombre de la plaza sea definitivo después del verano. Este cambio de denominación estará, a partir de ahora, dos meses en exposición pública como trámite previo a la elaboración del expediente que deberán firmar tanto el presidente de la Comisión del Nomenclàtor como la alcaldesa.

Monumento a la República

El cambio de nombre de la plaza de Joan Carles I se enmarca en la política del Gobierno municipal de recuperar y visibilizar la memoria popular y republicana de la ciudad. La plaza llamada de Joan Carles I es un ejemplo de los avatares históricos de la ciudad y del país. Llamada en un primer momento en honor del presidente de la I República, Pi y Margall, la plaza incluyó hasta el final de la Guerra Civil una alegoría de la República.

Esta escultura, escondida durante décadas en un almacén municipal, fue instalada definitivamente en 1990 en Nou Barris, en la plaza hasta ahora llamada de Llucmajor y que próximamente se convertirá en la plaza de la República.