Un estudio elaborado por la Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), alerta de la gran cantidad de menores de edad con esta enfermedad, destacando el aumento en países con rentas medias y bajas
El consumo de diferentes dulces artesanales, como bizcochos, facturas argentinas, galletas o magdalenas no implica de por sí un riesgo para la salud. El hecho de elegir únicamente productos manufacturados y abusar de ellos sí que puede serlo, sobre todo para los más pequeños del hogar.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho públicos los primeros datos elaborados por su Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil, cuyo trabajo se remonta dos años atrás. Así, data en 42 millones la cantidad de niños que se encuentran en situación de sobrepeso en el mundo, de los cuales 35 millones viven en países de ingresos medios y bajos.
Aunque tradicionalmente el sobrepeso se ha asociado a un mal del primer mundo, lo cierto es que la OMS ha mostrado su preocupación por los datos obtenidos en el continente africano, donde la cifra de obesidad infantil se ha doblado desde la década de 1990.
Eso sí, los números no pueden ser comparables a los de los países ricos, donde se ha convertido en un mal endémico y que a la larga es la causa de otras enfermedades realmente extendidas, como pueden ser las cardiovasculares.
Por lo tanto, tanto adultos como niños y niñas pequeñas han de tener mucho cuidado con su alimentación, especialmente con los productos y dulces manufacturados. Si se ha de ser goloso y se quiere disfrutar de rosquillas, facturas argentinas, croissants o pasteles, lo mejor siempre es la moderación y las recetas artesanales.
Según declaraciones del copresidente de la Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil, Peter Gluckman, “la culpa nunca es del niño”, sino que debe ser responsabilidad de los progenitores fomentar y vigilar que los pequeños sigan una dieta equilibrada en nutrientes beneficiosos para la salud.
A raíz de los primeros datos del informe que han visto la luz, la Organización Mundial de la Salud ha confirmado que casi el 50% de los niños y niñas obesas del mundo se concentran en Asia, seguidos por un 25% en el continente africano.
Para poder explicar este fenómeno, según Peter Gluckman, la OMS ha tenido en cuenta factores biológicos junto con un inadecuado acceso a los alimentos saludables o una drástica reducción de la actividad física en los más pequeños.
En lo que respecta a Sudamérica, región de la que provienen algunos de los postres más sabrosos del mundo como los dulces argentinos, se ha estimado que el porcentaje de menores con sobrepeso se sitúa en un 8%.