El ruido, la violencia, la pérdida de fe en la sociedad o la sexualidad libre son algunas de las temáticas de la exposición “Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo”. El contexto sociopolítico de finales de los años setenta propició un movimiento que abanderaba la libertad de género, una sexualidad abierta y que optaba por la negación, la oposición y la destrucción del orden establecido.
El punk ocupa la segunda planta del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) hasta el 25 de septiembre. David G. Torres, comisario de la exposición “Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo”, explica: “Esta muestra es la confirmación de que el punk es mucho más que crestas, cazadoras de cuero y tachuelas metálicas.”
Partiendo del contexto histórico en el que el Watergate o la guerra de Vietnam ocupaban los titulares en portada de los periódicos, “el recorrido narrativo de la exposición confirma que el punk va más allá de la estética. Es una actitud que muchos artistas entienden como una manera de cuestionar la realidad para demostrar lo que siente el individuo con una visión radical”, destaca Torres.
En la muestra “Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo” participan más de sesenta artistas, nacionales e internacionales. La exposición se nutre de imágenes, vídeos, documentos, fotografías y pinturas. Además, incluye una sección documental sobre los orígenes del punk y la influencia en el arte hasta la actualidad.
Esta exposición tiene varios recorridos para conocer qué influencia ha tenido en el arte contemporáneo e invita al visitante a escuchar una selección musical propuesta por los comisarios con listas de reproducción de Pepo Salazar, Raul Hinojosa y Maria Prats. Por otro lado, hay actividades de “destrucción creativa” para niños de 6 a 14 años.