Lo que se sabe del crimen del descuartizador de Vitoria

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El asesino confeso de Vitoria golpeó a su víctima con un mazo hasta matarla, descuartizó su cuerpo con una sierra, metió los restos en una maleta y luego los arrojó río.

El terrible crimen cometido el miércoles de la pasada semana en Vitoria, en el que un hombre de 43 años asesinó brutalmente a una mujer de 60, empieza a desvelar los hechos.

El asesino confesaba el asesinato ante la Ertzaintza, que acudía a investigar una llamada de un vecino alertando de un posible homicidio. Detenido el sospechoso en el mismo día, confesó haber matado a una mujer y haber arrojado su cuerpo al río.
Buzos de la Ertzaintza encontraban horas después en el río Zadorra, en la zona donde el asesino indicó, restos humanos que ahora habrá que cotejar con las pruebas biológicas halladas en el domicilio del detenido, a escasos minutos a pie de la plaza de la Virgen Blanca, pero que supuestamente y por la confesión de éste, pertenecen a la víctima.

En dependencias policiales, el homicida ha confesado los hechos, apuntando que la víctima era una conocida suya y que visitaba su casa en alguna ocasión.

El día de los hechos, por causas que aún no han trascendido, la golpeó con un mazo pequeño hasta causarle la muerte y después decidió descuartizar su cuerpo para poder meterlo en una maleta para arrojarlos después a las aguas del río Zadorra, desde el puente Abetxuko, con la intención de esconder las pruebas del crimen.

Para ello, hizo sucesivos viajes durante el jueves y el sábado, en los que habría ido tirando los restos del cadáver poco a poco, hasta vaciar la maleta, que arrojó después también al agua. Más tarde hizo desaparecer la documentación de la víctima, tirándola por una alcantarilla.

El juzgado que lleva el caso ha decretado el secreto de sumario. Queda pendiente de conocer los motivos que llevaron al hombre a cometer tan macabro crimen.

Los testimonios de los vecinos apuntan a que entre homicida y víctima no existía relación sentimental, hecho que el autor confeso ya dijo a los agentes en el primer interrogatorio, por lo que se descartaría en principio un crimen pasional.
Lo que si apuntan los vecinos en sus declaraciones es que el hombre consumía mucho alcohol y peleaba con la víctima a menudo, tanto en su domicilio, como en los locales cercanos que acostumbraban a frecuentar o en plena calle.

La ciudad está conmocionada por este brutal crimen, que con el de la pequeña Alicia, la bebé arrojada por la ventana, hace meses, y cuyo asesino está en prisión, cuenta en pocos meses, con dos casos criminales terribles e impactantes.

Lo poco que ha trascendido de las investigaciones corroboran la presencia de evidencias biológicas muy patentes en la vivienda del asesino, tanto del crimen como el posterior proceso de descuartizado del cuerpo, acto que a todas luces, deja restos patentes de evidencias biológicas.