Juma, era un jaguar de 8 años, al que la organización de los Juegos Olímpicos de Río decidió incluir en una sesión de fotos con la antorcha olímpica a su paso por Manaos, la capital del estado de Amazonas, en el norte de Brasil.
Al finalizar la sesión de fotos, Juma fue devuelto a su jaula en un zoológico situado cerca de un centro de entrenamiento militar, pero logró escapar. En ese momento le dispararon con tranquilizantes. Pese a eso, el jaguar habría intentado atacar a un militar, por lo que le dispararon con una pistola, lo que provocó la muerte del animal.
Una decisión, tanto la de incluir al animal en la ceremonia como la de su muerte, que suma una nueva a los preparativos de los Juegos por parte del país anfitrión.
Después de la exhibición, el animal, que pertenece al zoológico del Centro de Instrucción de Guerra de la Selva, terminó abatido a tiros por militares que intentaron, sin éxito, dormirlo con dardos tranquilizantes cuando amenazaba con atacar a su cuidador. Al parecer, mientras era trasladado de un lugar a otro en el zoológico, el jaguar escapó y se desató el incidente.
Las redes sociales no han tardado en responder al suceso con la difusión de una declaración suscrita por más de 25.000 personas bajo el lema «Justicia para Juma».
«Juma fue retirada de su hábitat natural para servir de alegoría para las patéticas Olimpiadas que sólo generan prejuicios a Brasil. Una actitud irresponsable que costó la vida de un animal inocente», denuncia el manifiesto.
El Comité Organizador Río 2016 admitió hoy que fue «un error» utilizar al animal.
«Erramos al permitir que la antorcha olímpica, símbolo de paz y de unión entre los pueblos, fuera exhibida al lado de un animal salvaje encadenado. Una escena contraria a nuestras creencias y valores».