El descubrimiento de cánceres contagiosos se ha han encontrado en los mariscos, incluyendo berberechos. Algunas almejas, mejillones y otros moluscos bivalvos llevan las células cancerosas infecciosas que pueden saltar entre los individuos y que pueden incluso han saltado entre las especies.
Un equipo de científicos estadounidenses ha descubierto un tipo de cáncer que puede ser transmitido entre diversas especies biológicas, según un estudio publicado en la revista ‘Nature’.
Stephen Goff, de la Universidad de Columbia, descubrió células cancerosas en las almejas comestibles ‘Mya arenaria’ el año pasado y ahora, su equipo ha descubierto que esas células pueden transmitirse entre moluscos, incluso sin contacto directo.
Sin embargo, lo más preocupante, señalan los autores del estudio, es que estos tumores son capaces de infectar no solo a la especie de moluscos en la que fueron descubiertos inicialmente, sino también otras especies de invertebrados gasterópodos.
Estas células cancerosas son además capaces de adaptarse a un organismo diferente al del portador original.
Los científicos señalan que por el momento no pueden describir el mecanismo de propagación de la leucemia infecciosa, ni su formación ni el peligro que representa para las diferentes especies biológicas, especialmente para las que habitan en medios marinos.
«Esta es la primera vez que jamás se haya visto», dice Goff. Podría ser que el tumor acabó con individuos vulnerables de la especie original, sugiere Goff, y saltó a otra especie de encontrar un huésped susceptible.
La propagación de cáncer entre las personas requiere del tumor para eludir un ataque inmune, y se supone que la barrera es aún mayor entre las especies de moluscos y bivalvos. Las almejas tienen sistemas inmunes mucho más primitivos que los mamíferos.
Los moluscos son animales filtradores voraces, y las células cancerosas que flotan alrededor del océano podrían llegar a su torrente sanguíneo para sembrar nuevas leucemias. Las células tumorales pueden ser liberadas cuando un animal muere, pero Goff señala que las heces de los moluscos ‘también están llenos de células sanguíneas.