La instalación en Granada del acelerador de partículas supondría para la provincia un retorno de mil millones de euros sobre el Producto Interior Bruto (PIB) granadino y generaría un tejido industrial y tecnológico a su alrededor que podría sentar las bases para un cambio de modelo productivo, según cuantifican expertos que han participado en una jornada de trabajo en la que se analiza el impacto científico y tecnológico del macroproyecto al que aspiran las fuerzas sociales y políticas de la ciudad.
El acelerador de partículas es la esperanza para todos los agentes sociales y económicos de la provincia de Granada, un proyecto científico sobre el que existe un consenso absoluto como dinaminzador de la actividad productiva. La Universidad de Granada, en colaboración con la Confederación Granadina de Empresarios, ha organizado este lunes una ‘workshop’, bajo el epígrafe ‘Impacto científico-tecnológico de Ifmif-Dones en España’, en el jefe de la División de Tecnologías para la Fusión del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Ángel Ibarra Sánchez, ha sostenido -en declaraciones a los periodistas- que España tiene «posibilidades significativas» de conseguir el proyecto, lo que le situaría «en la primera línea de un campo con mucho futuro».
España compite con Croacia, Polonia y Japón en la aspiración de acoger un proyecto para el que Ibarra asegura que desde el punto de vista técnico, financiero y estratégico «está en condiciones de obtener el acelerador», no solo «por datos o dinero encima de la mesa», aunque «también hay que moverse en los entornos políticos correspondientes».
La decisión se tomará previsiblemente en los próximos meses, entre finales de año y principios del próximo, aunque no hay fecha concreta.