El trabajo de traductor jurado e interpretador no consiste en lo mismo, aunque a priori se tiende a pensar que el trabajo a desarrollar en cada una de las profesiones es muy parecido
Es cierto que ambos trabajos comparten un objetivo, ayudar tanto a emisor como al receptor a entenderse independientemente del idioma nativo de cada uno de ellos. A pesar de esto existen grandes diferencias, la principal es que los traductores jurados escriben la traducción de un documento y los intérpretes lo hacen de manera oral e instantánea.
Otra de las principales diferencias, es que el traductor jurado tendrá un tiempo ilimitado para traducir el texto en cuestión, podrá corregir fallos y estudiar con detenimiento el texto original. Sin embargo, los intérpretes jurados deben trabajar a tiempo real, escuchar el mensaje en una lengua y traducirlo a la lengua de destino de manera instantánea, sin tiempo para estudiar el mensaje.
El perfil de cada uno de ellos es también diferente, por el tipo de trabajo que desarrollan. Requiere de diferentes habilidades.
Traductor jurado: en este caso no solo se requiere un dominio total del idioma a traducir también conocer la cultura, ya que muchas expresiones varían al traducirlas. Así, como tener una rigurosidad extrema durante la traducción de los textos. El traductor jurado a diferencia del intérprete se podrá valer de diccionarios para el desarrollo de su trabajo.
Intérprete jurado: es evidente que en este caso también se necesitará un buen dominio del idioma de destino. Aunque también se necesita la capacidad de comprender de manera rápida y fluida el mensaje oral. Tener memoria es otra habilidad fundamental para desarrollo de la interpretación jurada al igual que la expresión oral.
A pesar de que en ambos trabajo se requiere un alto dominio del idioma, el trabajo de un traductor jurado y un intérprete difiere en muchos aspectos.