Responsables de la perrera de O Carballiño, sentados en banquillo y acusados de maltrato animal

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PRUEBA

Siete años después de que ocurrieran los hechos, cinco personas que estaban al cargo de la perrera municipal de O Carballiño se sentaron en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal de Ourense para responder por los delitos de maltrato animal continuado y contra el medio ambiente que les imputan dos grupos ecologistas. El caso tiene su origen en el hallazgo de numerosos perros muertos en una fosa.

Dos agentes del Seprona que hicieron una inspección en el recinto en marzo del 2009 aseguraron que encontraron numerosos cuerpos de perros muertos en un hueco excavado en la tierra y aseguraron que dentro «había bastantes cadáveres, algunos en estado de putrefacción y otros no. También había cachorros y perros con heridas recientes, incluso se veía sangre fresca».

Tanto los acusados como los agentes confirmaron que no había luz ni agua corriente en la perrera y que no existía ni siquiera una sala de curas para tratar a los animales heridos en las frecuentes peleas.

Los agentes también reflejaron en su atestado que varias jaulas estaban «muy saturadas», mientras que había otras vacías y lo que más les llamó la atención fue el «déficit de perros», dijo uno de ellos. El agente explicó que según el recuento (del que no hay registro por escrito) de quienes habían gestionado la perrera hasta el 31 de diciembre del 2008, había unos 220 perros cuando se hizo cargo de la instalación el Concello de O Carballiño. En el momento de la inspección, dos meses después, esa población era mucho menor. «Había 142 animales».