La Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal dedicada a la captación de menores para su explotación sexual en clubes de alterne. Para vencer la resistencia de las víctimas a ejercer la prostitución, les obligaban a tomar drogas.
La Guardia Civil, en el transcurso de la operación SIMPÁTICO llevada a cabo en las provincias de Huelva, Madrid y Orense, ha desmantelado un grupo criminal dedicado a la captación de mujeres, menores de edad, para su posterior explotación sexual en clubes de alterne.
En la operación se han detenido a NUEVE personas de nacionalidad española, uno de los cuales es un conocido empresario de la construcción con inversiones en Bulgaria. Se les imputan los delitos de Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual, Contra la Salud Pública, Corrupción de Menores y Agresión Sexual.
Los agentes han realizado 2 registros en domicilios de los ahora detenidos en los que se han intervenido un arma de fuego, 30.000 euros en efectivo, varias cantidades de sustancias estupefacientes y diversa documentación, tanto en soporte papel como digital, que está siendo analizada por los investigadores.
Asimismo se ha registrado un club de alterne de Galicia, donde enviaban a las víctimas menores de edad para su explotación sexual, hallándose diversas sustancias estupefacientes y útiles para la manipulación y distribución de este tipo de drogas que supuestamente eran administradas a las víctimas para vencer su resistencia, así como a los clientes. Durante el registro, en una de las habitaciones del club, fue encontrado un niño menor de edad (8 años), que se hallaba oculto para no ser descubierto por los agentes.
Las víctimas eran captadas en su círculo de amigos
Los encargados de la captación de las menores, residentes en Madrid, eran muy próximos a los círculos de amistades de estas, que eran captadas en la provincia de Huelva con el fin de trasladarlas hasta Galicia para su explotación sexual en un local de alterne.
Durante el traslado de las menores desde su lugar de residencia hasta un piso situado en Madrid, los miembros de la red les retiraban la documentación y sus teléfonos móviles, si bien, una de ellas logró esconder su teléfono y en un descuido de sus captores pudo dar el primer aviso a su familia.
Tras pasar varios días en el piso de Madrid con sus captores, las menores, eran trasladadas al club de alterne donde serían explotadas sexualmente.
Una de las menores de edad captadas habría sido agredida sexualmente por uno de los ahora detenidos aprovechando uno de los desplazamientos.
