Este miércoles se cumplen los tres días, que impuso el juez a los padres que quieren llamar a su hijo ‘Lobo’, para dar otro nombre. De no ser así, el juez impondrá un nombre al bebé.
Se han negado a hacerlo, por lo que se ha decidido que sea un magistrado el que decida qué nombre se le pondrá al pequeño, quieran los padres o no.
Tanta polémica y tantas dificultades para que unos padres llamen a su hijo como quieran, algunos les ponen nombres horribles y tienen la posibilidad de cambiárselo luego o de echarles en cara de adolescentes, cosa que les encanta, que lo bautizaran de tal o cual manera.
Pero eso no le ha pasado a un niño barcelonés de 13 años que se llama Lobo y que en solidaridad con los padres del recién nacido – aún sin nombre – ha declarado que para él «el nombre no me ha supuesto ningún problema en el ámbito familiar, escolar, social. Es más la gente me dice que nombre tan chulo, ya me gustaría llamarme así».