Marieke Vervoort es un atleta paralímpica belga de 37 años que sufre desde hace años una enfermedad degenerativa. Participará en busca de una medalla en estos Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro y en busca de algo más, terminar en lo más alto de sus aspiraciones deportivas antes de hacerse practicar una eutanasia.
El Bélgica la eutanasia es legal desde el 2005 y Marieke tiene firmados los papeles y todo dispuesto para recurrir a esta forma de acabar con su vida. Los intensos dolores que soporta y la dependencia que parece día y noche de los demás le han llevado a la decisión de terminar con su vida.
Ha llegado el final, asegura, siempre lo dije, cuando dependa de otros para todo y no pueda más, no viviré como un vegetal, me marcharé tranquila rodeada de mi familia y amigos. Después ha dejado escrito que sus cenizas se repartan en la isla de Lanzarote donde ahora mismo está en entrenamiento intensivo para preparar la competición.
Antes quiere ganar una medalla más y competirá en Rio de Janeiro como velocista en silla de ruedas en las pruebas de 100 y 400 metros para conseguirla. Ya tiene en su haber dos medallas olímpicas, la última de ellas conseguida en los Juegos de Londres, en 2012, de oro, con record paralímpico incluido. En 2015 se convirtió en la campeona del mundo en Doha, Catar.
Marieke tiene la mitad inferior del cuerpo paralizado, una visión reducida al 20% y sufre dolores tan intensos que en muchas ocasiones le impiden dormir por la noche. A veces tiene que tomar morfina incluso durante los entrenamientos. Son los insoportables síntomas de una enfermedad degenerativa que a los 20 años le obligó a permanecer para siempre en una silla de ruedas, y que sigue empeorando su condición de vida con el paso del tiempo.
