El suceso tuvo lugar durante la tarde del domingo en la Aduana internacional de Beni-Enzar que delimita el Reino de Marruecos con la Ciudad Autónoma de Melilla, al proceder la Guardia Civil al registro de un vehículo tipo monovolumen con placas de matrícula nacional ocupado, en principio, solo por la persona que lo conducía, que en esos momentos accedía a la ciudad.
Al iniciarse el reconocimiento, un detalle de interés policial resultó determinante para proceder a otro más profundo, al sospecharse que podía tratarse de un vehículo de los utilizados por las mafias que trafican con seres humanos.
Tras un minucioso registro se localizó un doble fondo habilitado, en esta ocasión, bajo los asientos delanteros del vehículo, encontrando a cuatro personas allí ocultas, hasta entonces en silencio, las cuales comenzaron a pedir auxilio a voces en ese momento.
La primera de las personas auxiliadas, una mujer, gritaba en idioma francés: ¡Por favor, por favor, sáquenme de aquí. Tengo miedo. No siento las piernas y los pies muy hinchados!
La situación se convirtió en crítica y, al temer por la integridad física dada la alta temperatura y no apreciar lugar por donde podían coger aire, se solicitó el auxilio inmediato del Cuerpo de Bomberos, que se personaron y comenzaron a cortar el vehículo con una radial y otras herramientas.
La rápida actuación ha permitido extraer de ese lugar a las cuatro personas allí ocultas, tres varones y una mujer, que se encontraban en muy mal estado físico y requirieron todos ellos la atención de los servicios médicos desplazados al lugar. Actualmente su estado de salud es bueno.
El conductor del vehículo, un varón de nacionalidad marroquí sin vinculación con la ciudad, ha sido puesto a disposición judicial como presunto autor de un delito contra los ciudadanos extranjeros.