Según el presidente del Gremi d’Hotels, Jordi Clos, septiembre está siendo un mes excelente, con un nivel de ocupación en torno al 88% y se espera de octubre lo mismo.
Si algo está influyendo en que el 2016 vaya a recordarse como un año histórico, es la combinación de factores circunstanciales que han hecho que Barcelona, Catalunya y España se hayan convertido en destinos refugio. La inestabilidad económica y política de algunas regiones competidoras, como Grecia y Turquía, la amenaza terrorista y los atentados en otros puntos del Mediterráneo y de Europa han desviado buena parte de la demanda turística hacia lugares considerados como destinos más seguros.
El director de Turisme de Barcelona, Jordi William Carnes, hace hincapié en esa condición de destino refugio con la que se ha encontrado la capital catalana. El responsable del consorcio apunta que, en términos globales, Barcelona acabará cerrando este verano con un incremento del número de visitantes respecto al del 2015 ligeramente superior al 5%. Es un crecimiento importante, sobre todo si se tiene en cuenta que el 2015 fue también un año en el que se superaron todos los récords. Sin embargo, es inferior al que se da en el conjunto de Catalunya, en torno al 13%.
Se han llenado complejos hoteleros y casas rurales; apartamentos, campings y segundas residencias. En julio y agosto se han recuperado cifras de ocupación de 2010 y la temporada encara una recta final apoteósica.
En el sector del camping, que en 2015 superó por primera vez y de largo la barrera de los 7 millones de pernoctaciones, este año es más que probable que se alcancen los 8 millones.