Loro Parque cría por primera vez en Europa a dos ejemplares de cacatúa fúnebre de Tasmania

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PRUEBA

Loro Parque muestra su alegría por el nacimiento de dos crías de cacatúa fúnebre menor de Tasmania (Zanda funereus xanthonotus), una psitácida originaria de Australia que sorprende por la espectacular mezcla del color negro y amarillo en su plumaje.

La buena nueva tuvo lugar en las instalaciones del Parque gracias al nacimiento de una de las crías a principios de agosto y, otra, a finales del mismo mes. Además, supone una grata noticia para el campo de la avicultura, ya que se considera un paso fundamental en el comportamiento de esta especie.

Esta psitácida, con ejemplares que se puede ver en Loro Parque en Katandra Treetops – una de las exhibiciones de vuelo libre más impresionantes del mundo, tiene una morfología sumamente elegante. Surcan los cielos de Tasmania a gran altura, dado que su cuerpo es ligero en comparación con su envergadura, que en este caso es de menor tamaño si se compara con la especie nominal que habita en el continente. Su cuerpo negro esconde una llamativa cola que, al abrirse, muestra unas atractivas marcas amarillas, que también enseñan en sus mejillas. Sin duda, un diseño elegante para un ave críptica.

Su alimentación se basa en pequeñas semillas del árbol de la Casuarina, y con su enorme pico es capaz de romper los pequeños conos de una forma exquisita para poder extraer este valioso alimento. Igualmente, se alimentan de piñones de los pinos locales en cuyos troncos buscan también escarabajos y, sus larvas, forman parte de la dieta especialmente en la época de cría.

Varias especies de cacatúas enlutadas son visibles en el sur de Australia. Sus bandadas sorprenden por el ruido que hacen y por el espectáculo único que generan en la naturaleza. Su color negro les permite calentar sus cuerpos, tan fácil como un aleteo suave, remolón y majestuoso, con el que logran alcanzar alturas considerables mientras emiten llamadas que mantienen unido al bando. Mientras las bandadas se alimentan, uno o dos ejemplares permanecen en alerta para dar la voz de alarma ante cualquier peligro.

Tal y como explica el biólogo de Loro Parque Fundación, Rafael Zamora Padrón, “las pocas parejas que se conocían no han tenido éxito de cría, por lo que después de algunos huevos que no llegaban a desarrollar el embrión, hemos ajustado valores y alimentación aproximándonos así a lo que hacía falta para su correcto desarrollo”.