Según la policía, no hay nada ilegal en transportar restos humanos. Los restos están bajo la custodia de una funeraria a la espera de que se les practique un análisis exhaustivo, que es lo que solicita la mujer.
Los funcionarios de la aduana del aeropuerto de Graz, en Austria, en un control rutinario, pidieron a una mujer que abriera su equipaje. En el interior de la maleta encontraron unos intestinos perfectamente envueltos y metidos en varios recipientes de plástico.
La mujer sospechaba que su marido había muerto envenenado en una comida familiar y según cuenta su abogado a la prensa local, por recomendación de su médico, decidió viajar hasta Austria para que los forenses analizaran los restos de su esposo, evidentemente para eso necesitaba llevarse los intestinos.
Látima que en Austria además de confiscarle las vísceras de su amado, los doctores le dijeran que sin el resto del cuerpo es imposible saber la causa de su muerte.