La Junta General Extraordinaria de Socios de ELKARGI, en su reunión del pasado viernes en Donostia-San Sebastián, ha aprobado por unanimidad la fusión de esta entidad con OINARRI, la otra Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) del País Vasco, proceso del que surgirá la nueva ELKARGI, que será la SGR más importante del ámbito estatal (ELKARGI ya lo es en estos momentos), con un riesgo vivo en torno a los 1.000 millones de euros y una base societaria de más de 15.000 empresas.
La fusión aprobada, ratificada también por la Junta General de Socios de OINARRI, celebrada a la misma hora en Vitoria-Gasteiz, se realizará mediante la absorción de esta entidad por parte de ELKARGI, y pone en marcha un período transitorio hasta que se produzca la autorización definitiva de la operación por parte del Ministerio de Economía y Competitividad, tras los informes favorables de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, del Banco de España y del Gobierno Vasco, necesarios para que los correspondientes acuerdos adoptados por los socios puedan ser inscritos en el Registro Mercantil de Gipuzkoa.
Ventajas y sinergias de la nueva ELKARGI
La nueva sociedad resultante de la fusión tendrá su sede social en Donostia-San Sebastián, y estará operativa tras su inscripción. Con posterioridad se constituirá el nuevo Consejo de Administración de la sociedad, al tiempo que será designada la persona que ocupará la futura Dirección General de la nueva entidad.
Con un volumen histórico de avales concedidos superior a los 6.100 millones de euros, la nueva ELKARGI iniciará su actividad con una tasa de solvencia cercana al 15%, una de las más elevadas del sistema financiero español, y muy por encima del 8% que el Banco de España exige a este tipo de entidades.
La fusión entre ambas sociedades es fruto de un proceso iniciado hace más de un año, en el que han tenido lugar intensas negociaciones para generar un “proyecto país”, necesario para mejorar la financiación de las empresas vascas. La integración de las dos entidades será beneficiosa para ambas, así como para sus empleados y empresas socias, además de para la propia economía vasca, ya que aportará importantes ventajas, entre ellas las de mantener un liderazgo entre las SGR, lograr sinergias que aporten mejoras tanto en los costes como en la posición negociadora con entidades crediticias, o conseguir representación propia en organismos europeos.
Asimismo, la fusión tendrá un impacto sobre la posición de solvencia y de capital de la nueva ELKARGI, así como sobre el volumen de negocio, la eficiencia y economías de escala y de oficinas, gestión de personas, posición de mercado, fortaleza territorial y posicionamiento ante entidades como la Compañía Española de Reaseguro (CERSA) y la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (CESGAR).
Con la fusión mejorará el posicionamiento competitivo y el plan de negocios de la nueva entidad, que adquirirá un mayor tamaño, un posicionamiento de liderazgo en crecimiento, mayor rentabilidad y un incremento de la solidez reputacional.
Cifras de ELKARGI al 30 de septiembre de 2016
Según las estimaciones, a 30 de septiembre de 2016 ELKARGI ha formalizado avales por un total de 176 millones de euros, lo que representa un incremento del 24% respecto a los 142 millones registrados en nueve primeros meses del pasado ejercicio. El 33% de los avales concedidos está destinado a inversión, concepto que se incrementa en un 40% respecto al volumen alcanzado en el mismo período del año anterior. Por su parte, el riesgo en vigor se sitúa en 821 millones de euros, pertenecientes a operaciones con 3.524 empresas.
Nuevas formas de financiación
Tras la llegada a la Dirección General de ELKARGI de Marco Pineda, la entidad ha estado trabajando en la elaboración de un nuevo Plan Estratégico que ha de marcar las pautas de la sociedad durante los próximos años. En el mismo se hace especial hincapié en la necesidad de articular nuevos instrumentos financieros que permitan crear “trajes a medida” al servicio de las pymes, emprendedores y autónomos.
El Plan parte del hecho de que, ante el complejo escenario surgido tras la crisis, las empresas y sus gestores tienen la necesidad de buscar un modelo de financiación flexible, que se adapte a sus carencias específicas. Y ello debido a que la crisis padecida no ha hecho sino, por un lado, evidenciar las limitaciones intrínsecas de la financiación bancaria, y por otro, poner en valor la necesidad de contar con la suficiente flexibilidad financiera en el pool de financiación: disponer de “trajes financieros a medida”, acorde con las nuevas necesidades, y que mitiguen, en lo posible, la incertidumbre.
En este contexto es en el que han surgido nuevas formas de financiación que, “llave en mano”, han sabido o están sabiendo adecuarse a las necesidades de las empresas. Nuevas fórmulas financieras, que son complementarias a la bancaria. Es en ese terreno en el que la nueva ELKARGI centrará sus esfuerzos, posibilitando la financiación a muy largo plazo (hasta 15 años, lo que permite garantizar inversiones y reestructuraciones de deuda), trabajando en convenios para la financiación de emprendedores, a la economía social, disponiendo coberturas para financiar la innovación vía Fondo Europeo de Inversiones, o articulando novedosas líneas para el flujo del crédito y la financiación, gracias a la colaboración público-privada con las instituciones del entorno.
36 años de ELKARGI
ELKARGI nació el 16 de abril de 1980 en Gipuzkoa, hito que coincidió en el tiempo con la creación de SEAVAL en Álava, la sociedad con la que apenas unos años después, en 1984, ELKARGI se fusionaría y conformaría una única Sociedad de Garantía Recíproca, con ámbito de actuación en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. Ambas nacieron con el impulso de las organizaciones empresariales ADEGI y SEA, respectivamente, al amparo de un Real Decreto de 1978, en el que por primera vez era contemplada la figura de las Sociedades de Garantía Recíproca.
No es posible entender el nacimiento de ELKARGI sin analizar el contexto económico y financiero en el que surgió: aquellos años finales de la década de los 70, y los primeros de la de los 80, que marcarían un antes y un después, cuando una crisis brutal deterioró seriamente el aparto productivo y los cimientos del propio sistema económico. Esa crisis industrial coincidió con un entorno financiero asentado en la rigidez y en la ausencia de alternativas financieras empresariales adecuadas. En este contexto surgió la entonces novedosa figura de las Sociedades de Garantía Recíproca, que resultó a la postre básica en el proceso de financiación de las Pymes.
En el desarrollo sostenido y sin distorsiones de ELKARGI a lo largo de estos 36 años, ha sido clave y determinante su independencia de cualquier grupo corporativo, financiero, empresarial o institucional, públicos o privados, en relación a la gestión del riesgo y a la estrategia de la Sociedad. A ello hay que unir el efecto positivo de una estrecha y sinérgica relación, tanto con la Administración como con las entidades de crédito.
