Los médicos del Centro Médico Shiga en la ciudad japonesa de Moriyama operaban a una adolescente para la extracción de un apéndice. Durante el transcurso de la cirugía encontraron un tumor en uno de los ovarios de alrededor de 10 centímetros. Lograron extirpárselo y al someterlo análisis, se encontraron con algo muy insólito.
Dentro del tumor encontraron una aglomeración de grasa y pelo enmarañado y una estructura de tres centímetros parecida a un cerebro humano, cubierta por una fina capa de hueso craneal. Tras proceder a una biopsia, concluyeron que ese tejido correspondía a un cerebelo en miniatura, un caso que los especialistas han publicado en la revista New Scientist.
Según la publicación, un 20% de los tumores de ovario contienen tejido extraño incluyendo cartílago, grasa o músculo. Este tipo de teratomas ováricos son, en su mayoría, benignos y, de hecho, la adolescente en este caso no presentaba síntomas. Sin embargo, pueden dar lugar a lo que se conoce como ‘gemelo parásito’, una formación humana sin vida adherida al cuerpo del recién nacido.
En este caso, la estructura cerebral hallada por los médicos japoneses creció de tal manera que incluso detectaron impulsos eléctricos que eran transmitidos entre las neuronas del tejido, como ocurre normalmente en un cerebro completamente desarrollado.