La capacidad que tiene el ser humano de sorprenderse a sí mismo es infinita. Esta noticia lo demuestra de la forma más cruda e incomprensible.
El escenario, el Gran Canal de Venecia; el protagonista, un joven inmigrante de Gambia de 22 años, que al parecer tenía intención de quitarse la vida, según se deduce del relato de los testigos que aseguran que se despojó de su chaqueta y saltó al agua de forma voluntaria.
Y el plantel de actores secundarios, esos mismos testigos que no solo no prestaron ninguna ayuda para salvar la vida del joven sino que mientras se ahogaba le lanzaron insultos racistas.
El lugar estaba plagado de turistas, por el canal circulaban algunos de los típicos “vaporettos” cargados de pasajeros. Uno de ellos ante los gritos de la gente que le pedían que lanzara al agua salvavidas, lo hizo, pero el joven no se agarró a ninguno de ellos.
A nadie se le ocurrió tirarse al agua para evitar la muerte del joven, a nadie.
Algunos incluso vitoreaban su presunto deseo de morir ahogado profiriendo insultos y gritos de tinte más que racista, inhumano. “África”, le gritaban, “estúpido”, “vete a tu casa”.
El cuerpo del hombre acabó sucumbiendo a las aguas del canal. Tras recuperar el cadáver, en los bolsillos del gambiano se encontraron un pasaporte, un permiso de residencia y un documento de identidad emitido en una ciudad italiana.
La Fiscalía va a abrir una investigación para determinar las circunstancias que rodearon el fallecimiento del inmigrante. No se contempla la posibilidad de que se haya cometido delito, en este caso la denegación del auxilio no lo es.
En Venecia, los marineros y gondoleros no están obligados a tirarse al agua para socorrer a un posible náufrago, aunque sí lo estén a lanzar salvavidas. Y arrojaron entre tres y cuatro.
Si no puede ver bien este video, pinche aquí.
https://www.youtube.com/watch?v=cUt2zM0F38U