El esquí es una disciplina que se realiza en montaña generalmente. A partir de 1800m de altura la concentración de oxígeno en el aire se ve disminuida, lo que favorece la aparición de jadeo en la respiración y dolor acentuado en las piernas al final de un descenso prolongado.
El entrenamiento inspiratorio trae consigo que los músculos respiratorios se fortalezcan y al realizar una actividad física intensa estos músculos van a requerir una menor demanda de oxígeno que puede ser aprovechado por otros músculos activos como los de las piernas, lo que en el caso del esquí alpino redundará en un mayor disfrute de las bajadas.
En el caso del esquí de fondo y de travesía la mejoría que obtendremos al entrenar la respiración incidirá también directamente en mejores sensaciones, disminución del dolor muscular ligado a la actividad muy intensa y además, posibilidades de mejorar los tiempos en competición.
Puedes ampliar esta información en la web de Biolaster: » Disfruta más de la temporada de esquí entrenando la musculatura respiratoria»
