La cuenta de Twitter de Unicef Comité Español publicaba el martes 7 de marzo un inquietante mensaje en el que simplemente se veía un hashtag #CierraUnicef. En Facebook se repetía el mismo mensaje al igual que en la web, donde iba acompañado de un Error 404 y Página web no encontrada.
Las alarmas saltaron en las redes y los usuarios nos preguntábamos qué estaba pasando. El hecho de una organización humanitaria como Unicef anunciara su cierra suscitó las más variadas respuestas por parte de los internautas.
Algunos lo entendieron como un fake y no llegaron a creerlo, otros se aventuraban a explicar diferentes motivos, de todo tipo, para explicar el cierre el Ong y otros apuntaban a una campaña de concienciación de la organización.
Pues estos últimos han sido los más listos de la clase.
Este jueves en convocatoria ante los medios, Unicef explicaba el mensaje. “Es un sueño”, aclaraban, el sueño de que algún día Unicef no sea necesaria y ante la falta de proyectos que necesiten su ayuda, tenga que cerrar su organización porque no quede en el mundo ni un solo niño en situación de vulnerabilidad.
“Cerrar Unicef es un sueño porque supondría que se cumplen los derechos de todos los niños en todos los lugares. Y por eso queremos pedir a toda la sociedad española que se una a nosotros para lograrlo. Llevamos 70 años trabajando incansablemente y lo vamos a seguir haciendo para conseguir algo que parece una utopía: cerrar Unicef”, ha asegurado Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español.
El objetivo de la campaña es lograr una gran campaña de movilización de ciudadanos, empresas y administraciones para conseguir fondos que pongan en marcha programas que permitan atender a los más pequeños. El apoyo a esta campaña cuenta con caras tan conocidas como Pau Gasol, David Bisbal, Eva González o Nieves Álvarez entre otros.
La agencia ha salvado la vida a 48 millones de niños menores de cinco años desde el año 2000 y que 250 millones de personas han conseguido acceso al agua potable en las dos últimas décadas. Logros que aún resultan insuficientes; desgraciadamente Unicef tiene que estar más abierta que nunca.