La gran ola, el tsunami que destruirá la Península Ibérica en solo 15 minutos

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PRUEBA

«Si lo que plantea la comunidad científica ocurre, estaremos ante una de las mayores catástrofes de la historia».

Estas son las palabras de Fernando Arroyo, director del documental ‘La gran ola’ que acaba de estrenarse; una obra cinematográfica que analiza el riesgo real que tiene la península ibérica de desaparecer bajo la fuerza del mar.

Fernando Arroyo asegura que su trabajo muestra una verdad «que a todos les da miedo escuchar». «Si lo que plantea la comunidad científica ocurre, estaremos ante una de las mayores catástrofes de la historia: un tsunami con olas de entre cinco y 15 metros que en apenas un cuarto de hora llegaría a las costas ibéricas».

El documental ha sido rodado en España y Portugal bajo la producción de Twizé Films. Cuenta con casi 40 entrevistas a científicos, funcionarios expertos, cargos públicos, rescatadores, miembros de ONG y víctimas, entre otros, de diferentes países.

Los expertos entrevistados son en su mayoría portugueses y españoles de las zonas sur de ambos países y aportan información científica.

Estas entrevistas se unen a recurso compuestos por gran cantidad de imágenes aéreas de la costa, recreaciones virtuales de futuros tsunamis y grabación de imágenes de las playas y ciudades, además de magníficos efectos visuales. Aparecen imágenes aéreas de toda la costa atlántica onubense, gaditana y portuguesa.

Arroyo detalla que el tsunami, si fuese como el de 1755 –conocido como el Terremoto de Lisboa–, se produciría después de un gran terremoto a unos cientos de kilómetros del cabo de San Vicente. Este terremoto ya generaría enormes problemas en toda España y Portugal, «pero en la costas desde Lisboa hasta el Cabo de Trafalgar penetraría kilómetros allí donde no hubiera obstáculos en tan solo 20 minutos».

La altura de la ola dependería de las características de la costa y de otros factores. Según los datos científicos que existen a raíz de estudios publicados, «afectaría a cientos de miles de personas y generaría pérdidas económicas elevadísimas, ya que hay que pensar que durante días amplias zonas no se podrían evacuar, no habría luz eléctrica ni comunicaciones, ni agua potable ni alcantarillado, y habría que evacuar a ciudades completas como Cádiz».