A este niño, estudiante de primaria en una escuela de Texas, se le ocurrió la idea después de ver en las noticias la historia de un bebé que murió por un golpe de calor dentro de un coche.
Una historia que desgraciadamente se repite cada verano en Estados Unidos, cuando padres o cuidadores dejan a sus hijos pequeños en el coche mientras hacen alguna compra y gestión y éstos, debido a las altas temperaturas que puede alcanzar un vehículo cerrados, padecen episodios graves de calor e incluso mueren.
Bishop Curry a sus diez años decidió encontrar una solución a este problema que inexplicablemente no parece que se solucione con la concienciación de los adultos sobre los cuidados que deben tener con los niños cuando se desplazan en coche.
Así que inventó un dispositivo que salvará miles de vidas de niños que son olvidados por sus padres en el interior de sus coches. Y lo hará con “Oasis”, como él mismo lo ha bautizado; una pequeña caja que controla la temperatura interior del vehículo. Cuando ésta sobrepasa los límites, emite aire frío y avisa a los padres y los servicios de emergencia a través de una antena. El aparato se instalaría en el asiento de seguridad del niño.
El padre del niño, creó una campaña para ayudar a su hijo a recaudar los fondos necesarios para que su invento pueda desarrollarse. Tras unos días en la plataforma para recaudar los fondos, Bishop ha conseguido su objetivo y han recaudado más de los 20.000 dólares -17.920 euros- que eran necesarios para el desarrollo del prototipo.
