Liberado en Toledo un hombre que permaneció once días secuestrado y sedado

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PRUEBA

La víctima regresaba a su domicilio en Lloret de Mar cuando fue asaltado por varios individuos que le golpearon, drogaron y taparon los ojos para luego obligarle a entrar en el maletero de un vehículo a punta de pistola. Posteriormente los secuestradores se pusieron en contacto con su esposa para exigirle el pago de 1,5 millones de euros a cambio de liberarlo con vida.

La Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra han liberado a un hombre que permaneció once días secuestrado y sedado. La víctima, un ciudadano de origen serbocroata y nacionalizado holandés, regresaba a su domicilio en Lloret de Mar, Girona cuando fue asaltado por varios individuos que le golpearon, drogaron y taparon los ojos para luego obligarle a entrar en el maletero de un vehículo a punta de pistola.

Poco después, los secuestradores se pusieron en contacto con su esposa para exigirle el pago de 1,5 millones de euros a cambio de liberarlo con vida.

Tras varios días en los que fue cambiado de lugar de cautiverio en diversas ocasiones, los investigadores averiguaron que se encontraba en algún punto entre Toledo y Madrid.

El operativo desplegado momentos antes del pago del rescate, culminó con su liberación en la localidad toledana de Casarrubios del Monte y con el arresto de cuatro personas implicadas en el rapto. Al día siguiente se detuvo a una quinta persona en un domicilio ubicado en la provincia de Madrid.

La esposa de la víctima denunció el secuestro ante los Mossos d`Esquadra, a los que manifestó que había recibido una llamada de los secuestradores en la que le exigían el pago de 1,5 millones de euros a cambio de liberar a su marido con vida. Tras las primeras pesquisas, los agentes pudieron comprobar que se trataba de un grupo criminal experimentado y con origen en el este de Europa. También se averiguó que cambiaban continuamente de ubicación para evitar ser detectados por la Policía y que contaban con conocimientos técnicos que dificultaban aún más su identificación.

Las pesquisas realizadas apuntaban además a que los secuestradores podrían encontrarse en Madrid y que el secuestrado podría estar en algún lugar entre Madrid y Toledo. Por este motivo se estableció un equipo conjunto de investigación con la Sección de Secuestros y Extorsiones de la UDEV Central de la Policía Nacional para compartir las informaciones obtenidas. Gracias a ello se logró identificar a algunos de los integrantes de la banda, a pesar de que tomaban muchas medidas de seguridad para evitar ser detectados por los agentes.

Los captores contactaron nuevamente con la familia del secuestrado y les dieron un ultimátum contra la vida del rehén, fijando un aparcamiento de un hotel situado en la autovía A-42 como punto para hacer efectivo el pago del rescate.

Los investigadores localizaron entonces el vehículo de uno de los sospechosos en Toledo, en la localidad de Casarrubios del Monte, y detectaron a varios miembros del grupo haciendo comprobaciones y vigilancias en las inmediaciones de un inmueble de esa localidad. Unas horas antes de la cita para hacer el intercambio observaron cómo sacaban a la víctima del piso y le intentaban introducir sentado en una silla de ruedas en la parte posterior de una furgoneta. Pero rápidamente desistieron en la acción, posiblemente al sospechar que podía haber presencia policial en la zona, e intentaron volver a esconderse en la vivienda.

Esta circunstancia precipitó el desarrollo del operativo previsto para evitar posibles represalias sobre la vida del rehén. La rápida acción policial permitió rescatar a la víctima sin que sufriera ningún daño y detener todos los miembros del grupo, salvo uno de ellos que escapó por el tejado de un edificio anexo. La víctima, que fue trasladada al hospital de Móstoles semiinconsciente como consecuencia de las drogas que el grupo le había suministrado, no presentaba más lesiones que las contusiones provocadas por los golpes recibidos y las heridas en las muñecas producidas por las ataduras.

Un día después de la liberación se realizaron tres entradas y registros en domicilios de los secuestradores, en Paracuellos del Jarama, Casarrubios del Monte y Madrid. En el interior de uno de ellos se localizó y detuvo al miembro de la banda que había huido el día anterior. Además se recuperó el coche de la víctima y se intervinieron varios teléfonos móviles –incluidos los empleados para el secuestro-, tres vehículos, sustancias estupefacientes (cocaína, marihuana y hachís), pasamontañas, y dispositivos técnicos de vigilancia.

El presunto líder de la banda es un ciudadano rumano que había cursado estudios de medicina en Madrid y realizaba las prácticas en un hospital madrileño, siendo quien proporcionó al empresario medicamentos hipnóticos para facilitar su secuestro.