Este domingo las tropas del ejército iraquí lograban alcanzar la rivera occidental del río Tigris e impedían cualquier posibilidad de huida a los milicianos del grupo yihadista que aún permanecían atrincherados en el casco histórico de la ciudad.
Tras tres años de constantes refriegas bélicas, Irak anunciaba haber liberado Mosul, la segunda ciudad del país en manos del autodenominado Estado Islámico desde junio de 2014.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, llegaba a Musul poco después para felicitar al Ejército por la toma de la localidad.
«El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (el primer ministro) Haider al Abadi ha llegado a la ciudad liberada de Mosul y ha felicitado a los heróicos combatientes y al pueblo iraquí por esta gran victoria», señala el comunicado oficial publicado en Twitter.
Desde el sábado los efectivos militares que combatían en Monsul anunciaban una «inminente» derrota del Estado Islámico en la ciudad. Combatían desde hace días contra un reducto terrorista compuesto por suicidas y kamikazes que se habían atrincherado entre las callejuelas en un reducto de poco más de 200 metros de superficie. La ofensiva final ha arrinconado a los últimos cientos de militantes y a unos 20.000 civiles en una zona contigua al Tigris.
Los analistas indican que la victoria en Mosul sigue siendo un punto de inflexión simbólico y estratégico para el Ejército iraquí y las Unidades de Movilización Popular en su lucha contra los terroristas.