El Fondo Monetario Internacional ha revisado su previsión de crecimiento para la economía española y la ha situado en un aumento del PIB del 3,1 por ciento, por encima de las previsiones del Gobierno y cinco décimas más de lo que calculaba el pasado mes de abril.
Aún así, el FMI insiste en que España debe continuar con las reformas estructurales y completar el ajuste del sector bancario.
El FMI recuerda que el elevado déficit público y las proyecciones de incremento en el gasto de pensiones asociadas al envejecimiento de la población deben guiar una política fiscal que no permite relajar reducción del endeudamiento.
Aconseja adoptar medidas de reducción y eficiencia en el gasto recomendando una vez más ajustar los tipos del IVA o los impuestos medioambientales para incrementar los ingresos; revisar el sistema de financiación autonómico e implementar ajustes en materia de pensiones, entre ellos, retirar la indexación de los pagos a la inflación y favorecer una prolongación de la vida laboral.
Reducir la dualidad del mercado laboral y flexibilizar más las condiciones de trabajo siguen siendo las recetas propuestas por la institución para aumentar la empleabilidad en un país que, en su opinión, también debe reformar para aumentar la productividad, particularmente en manufacturas y comercio.
Tras reconocer que la solvencia y rentabilidad de los bancos españoles ha mejorado sustancialmente tras la intervención del sector realizada en 2012, el Fondo recuerda que algunas de las herencias de la crisis todavía no se han superado del todo en un contexto complejo para el sector por los bajos tipos por lo que recuerda la necesidad de revisar las todavía altas carteras de activos improductivos y adjudicados y señala que una nueva ronda de consolidación podría mejorar la rentabilidad de las entidades.
