La luna alberga mucha más agua de lo que se pensaba

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PRUEBA

Investigadores estadounidenses ha detectado con imágenes de satélite, yacimientos ricos en agua en el interior de la luna. Un descubrimiento que sería clave para las futuras misiones tripuladas.

Según publicaba este lunes la revista Nature Geosciences, la Luna albergaría cantidades de agua muy superiores a las estimadas hasta ahora, lo que facilitaría la colonización del satélite y su empleo como base para reabastecer de propulsante a vuelos interplanetarios.

«Encontramos la impronta del agua en todas partes en las profundidades de la Luna utilizando datos satelitales», explicó Shuai Li, de la Universidad Brown en Providence, coautor del estudio.

Durante años se pensó que la Luna era un satélite completamente seco. En los años 60, varias expediciones del Apolo recogían unas perlas de cristal procedentes de rocas volcánicas de más de 100 millones de años de antigüedad y casi cuatro décadas después cuando se descubrió que albergaban agua pero se desconocía si estas muestras “ representan las condiciones masivas del interior lunar o representan regiones anómalas ricas en agua en un entorno seco», recuerda el principal investigador del último estudio, Ralph Milliken.

Ahora, utilizando los datos aportados por satélites, los investigadores han descubierto la evidencia de depósitos volcánicos que contienen cantidades excepcionalmente elevadas de agua, proveniente de las profundidades de la Luna.

«Estos yacimientos ricos en agua están repartidos sobre la superficie, lo que prueba que el agua encontrada en las muestras del Apolo no es un caso único», explica Milliken.

Según el estudio, estos yacimientos o depósitos contienen poca agua (menos de 0,05%), pero son enormes, pudiendo alcanzar hasta los 1.000 km2. Por lo tanto, el satélite sería finalmente «asombrosamente rico en agua», según los investigadores.

Un descubrimiento que podría tener una aplicación concreta en el porvenir: «El agua podría utilizarse como recurso ‘in situ’ durante una futura exploración», según Shuai Li. El agua puede ser utilizada no solamente para las necesidades de colonizadores, sino asimismo como propulsante, lo que permitiría tener una suerte de estación donde recargar carburante luego del gran consumo que demanda abandonar la superficie terrestre.