La Guardia Civil ha detenido en la población alicantina de Almoradí a una empleada de un banco que se apropió de alrededor de 1,28 millones de euros de la cuenta de un ciudadano ruso de 80 años.
La detenida, una española de 51 años, está acusada de un delito continuado de estafa bancaria y un delito continuado de falsedad documental.
La investigación se inició cuando un ciudadano ruso de 80 años denunció hace un mes ante la Guardia Civil de Almoradí que sospechaba que una trabajadora de su entidad bancaria le había sustraído un millón y medio de dólares, moneda con la que él habitualmente realizaba las transacciones, a lo largo de los 25 años que había sido cliente de esa entidad.
Según fuentes policiales, en 1992 este hombre llegó a Rojales, abrió una cuenta bancaria y entabló una relación de confianza con la gestora comercial, con la que tenía un trato personalizado. Confiado de su profesionalidad, apenas solía pedir extractos de su cuenta para consultar su saldo.
En junio de 2017 pidió un extracto detallado de su cuenta porque quería pasar el dinero a otra entidad, y se encontró con que le faltaba un millón y medio de dólares.
Cada vez que este ciudadano ruso iba a su país, su cuenta bancaria menguaba, aunque cuando regresaba y solicitaba un extracto bancario todo era «normal», ya que la trabajadora de la entidad le aportaba documentos no oficiales, falsificados por ella misma, para hacerle creer que su cuenta tenía el saldo que él esperaba y ocultar así las irregularidades.
La empleada mantenía un nivel de vida muy por encima de sus posibilidades: buena casa, coche de alta gama y viajes alrededor del mundo.