Devin Patrick Kelley asesinaba este domingo a cerca de 30 personas y dejaba a varios heridos entre los fieles que acudían a una ceremonia religiosa en un templo baptista en un condado de Texas. Las víctimas tenían entre 5 y 72 años.
El tirador que disparó indiscriminadamente contra las personas que asistían a misa en Sutherland Springs, con un rifle semiautomático, salió de la iglesia tras perpetrar la masacre y recibió los disparos de un vecino de la localidad que salió en su persecución.
Fue encontrado después muerto en su coche con heridas de bala, no se sabe si a causa de los disparos recibidos o si se suicidó.
El asesino ha sido identificado como Devin P. Kelley, un exmilitar de 26 años que había servido en las fuerzas aéreas, en la base de Nuevo México y que fue sometido a un Consejo de Guerra en 2012 por agredir a su mujer y su hijo. Fue sentenciado a doce meses de confinamiento y se le retiraron los cargos de “mala conducta” en 2014.
Kelley, al que desde entonces no se lo conocía ningún empleo fijo, se había dedicado, según reza su ficha de LinkedIn, a dar clases bíblicas a niños en iglesias evangelistas.
Aficionado a las armas, en su cuenta de Facebook exhibió un rifle semiautomático, el mismo o uno similar con el que acabó ayer con la vida de casi treinta personas.
La de Sutherland Springs es la quinta masacre con armas de fuego con más muertos en la historia de Estados Unidos.