El ‘Arte al agua’ un intenso documental sobre la dura vida de los bacaladeros vascos y gallegos en Terranova

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El 12 de noviembre en el festival Zinebi de Bilbao se estrena el documental ‘Arte al agua’, un tributo a los arrantzales de los años 50, 60 y 70, dirigido por el holandés Olivier van der Zee, que podrá verse en cines a partir del 24.

“Ya no es fácil hoy en día encontrar a esos hombres porque casi todos han fallecido, muchos en edad temprana debido a las duras condiciones de vida que tuvieron que afrontar durante las largas temporadas en aguas canadienses”, ha dicho Van der Zee , que tras años de investigación ha reunido a una decena de capitanes, marineros, pescadores o tronchadores, vascos y gallegos que fueron protagonistas de la cruda vida de los bacaladeros en Terranova y que dejan su testimonio en el documental.

La fotografía del documental compite en protagonismo con las memorias de estos hombres de la mar, el valor histórico del documental se respira en imágenes inéditas que el director de la cinta ha rescatado de aechivos particulares, la mayoría filmadas en soporte de Super 8 por los propios capitanes, patrones de pesca o marineros en los años 60 y 70. En palabras del productor y coguionista, David Berraondo, estas “ imágenes son tan diversas como sobrecogedoras: encuentros con icebergs, capturas tremendas en largas redes, delfines acompañando a los barcos, hombres trabajando en condiciones terribles…”

Los héroes del bacalao, aquellos marineros que cruzaban el Atlántico desde los puertos gallegos y vascos hasta las costas canadienses y Groenlandia son ahora los protagonistas de “Arte al Agua, los bacaladeros de Terranova”. Este documental supone un retrato íntimo de las adversidades y el sufrimiento que vivieron durante décadas estos marineros. El esfuerzo de llenar las bodegas de los barcos de bacalao y, una vez salado, las lonjas de los puertos del norte peninsular es retratado por Olivier van der Zee.

“Arte al Agua, los bacaladeros de Terranova” se centra en las décadas de los 50, 60 y 70, cuando más de 120 barcos con 5.000 hombres faenaban en estas aguas y capturaban cerca de 300.000 toneladas de bacalao. Hasta que las capturas comenzaron a escasear a finales de los 70 por sobrepesca y Canadá cambió las normas para asegurar su explotación propia, dejando fuera de los caladeros a la flota española por falta de cuotas.