Vincent y Col. evaluaron un total de 96 estudios donde una disminución de los niveles de lactato a lo largo del tiempo se asoció consistentemente con menores tasas de mortalidad en todos los subgrupos de pacientes. Todos los grupos mostraron cambios relativamente lentos, por lo que realizar mediciones de lactato cada 1-2 horas son probablemente suficientes en la mayoría de las condiciones graves.
Los autores de este estudio, publicado en la revista Cristical Care en el año 2016, parten de la base de que los niveles de lactato sanguíneo podrían ser útiles para evaluar la respuesta de un paciente a la terapia establecida. Aunque el enfoque de los estudios publicados se ha centrado en gran medida en pacientes sépticos, muchos otros estudios han informado de los niveles de lactato en sangre en serie en diferentes grupos de pacientes gravemente enfermos.
Tras estudiar 96 trabajos que reunían los criterios establecidos, los autores llegaron a la conclusión de que existe un mejor pronóstico con una disminución de las concentraciones de lactato en sangre. Estas observaciones no son específicas de los pacientes con sepsis, sino que se aplican a todas las situaciones comunes de hiperlactatemia y en poblaciones heterogéneas de pacientes.
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