En 1816 Thomas Jefferson escribió en una carta a un senador que «las entidades bancarias son más peligrosas que los ejércitos listos para el combate»; doscientos años después, las palabras del que fuera tercer presidente de los Estados Unidos parecen proféticas y aplicables a instituciones como Mashreq Bank, con sede en Dubái, cuya reputación deja mucho que desear por sus malas prácticas financieras que atentan contra los intereses de los clientes que les han confiado sus ahorros de muchos años.
Desafortunadamente la avaricia, las ilegalidades e incompetencia de gestores como Ahmed Bilal Sheikh, empiezan a situar al sector bancario de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), especialmente el de Dubái, en una baja credibilidad, ya que seis de cada diez ciudadanos desconfían de las entidades financieras o les otorgan una «credibilidad nula», de acuerdo a un estudio reciente publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos, en su tratado «Evolución del Mundo Árabe». El mismo documento revela que el 50 por ciento de los emiratíes piensa que los grandes bancos no son honestos, y el 45 por ciento cree que son incompetentes.
Llegar a Dubái para un empresario puede resultar una experiencia fascinante y en el corto plazo recibir la decepción más grande de su vida, cuando decide confiar al banco la gestión y la inversión de sus depósitos, es decir para los inversores extranjeros Dubái parece un sueño que puede convertirse en una verdadera pesadilla. Por eso las irregularidades en que ha incurrido el sinvergüenza de Ahmed Bilal Sheikh deben ser investigadas en lo inmediato por la dirección de Mashreq Bank o el comité Sharía del banco, este último tiene como responsabilidad detectar y evitar cualquier abuso o violación a los derechos de los clientes.
De acuerdo al modelo económico y financiero islámico, descrito en la tesis doctoral «Aspectos de las Finanzas Islámicas», de Najia Lotfi, uno de sus objetivos es gestionar de la mejor manera posible los recursos que Allah, su verdadero propietario, ha confiado a sus administradores, según los propósitos prescritos en las fuentes Sharía. Por lo tanto, éstos deben rendir cuentas de esta gestión en el Más Allá. Así pues, los propietarios o dirigentes de un banco o de cualquier institución financiera islámica, como el Mashreq Bank, tienen la responsabilidad de complacer a Allah administrando correcta, responsable y legítimamente los recursos que les ha proporcionado el Creador del Universo.
Sin embargo, Ahmed Bilal Sheikh, vicepresidente de Negocios Bancarios y gerente de Relaciones de Mashreq Bank sucursal Sharjah, ha traicionado los preceptos del propio Corán, al violar la ética y la responsabilidad social, como elementos imprescindibles de todas las operaciones de las instituciones bancarias islámicas. Es decir, como musulmán no ha cumplido con sus compromisos, sus contratos y su responsabilidad hacia los clientes, al engañarlos y perjudicarlos, disponiendo de recursos que no son suyos, reteniendo una millonaria suma en EUR al finiquitar de un día para otro, sin explicaciones y sin asumir ninguna responsabilidad, la relación comercial con un inversionista, por lo que debe rendir cuentas por su gestión a sus jefes superiores, el Presidente Ahmed Al Yousef o el Director Ejecutivo Abdul Aziz Abdullah Al-Ghurair.
A esto se añade que el banco emiratíe Mashreq Bank, con activos totales de 121 mil millones de AED (aproximadamente 32.8 mil millones de dólares), según Forbes, tiene antecedentes de calificaciones crediticias negativas por parte de la agencia de calificación de riesgo Standard & Poors (S&P) las cuales son sistemáticas.
Comunicado recibido el 12 de Marzo de 2018.