El Dr. Manuel Tafalla, Académico Numerario por sus trabajos en Cirugía Plástica y Estética
Por las manos del Doctor Manuel Tafalla han pasado cerca de 4.000 pacientes en 18 años. Comunicaciones de sus técnicas en reconstrucción mamaria y de nariz, así como el remodelado corporal (lipoescultura tridimensional) en los congresos internacionales de Cirugía Plástica y Estética, avalan su carrera profesional.
El pasado 28 de abril, el Doctor Manuel Tafalla fue nombrado Académico Numerario por la Ilustre Academia de Ciencias de la Salud Ramón y Cajal, por su excelente trayectoria profesional y su notorio prestigio en el ámbito de la Salud. El Dr. Manuel Tafalla es un gran especialista en el arte de esculpir cuerpos en nuestro país y reconstruir deformidades severas de nariz, defendiendo siempre su especialidad bajo el lema: la cirugía estética es también medicina.
“La función del cirujano plástico no es la de salvar de la muerte a su paciente, sino la de mejorar significativamente su calidad de vida”
Recientemente nombrado Académico Numerario en Cirugía Plástica, el Dr. Manuel Tafalla reconoce que es el nombramiento que más ilusión le ha hecho, pues es fruto del trabajo de tantos años y el reconocimiento, ni más ni menos, que por una tan Ilustre Academia como la de Ramón y Cajal. Todo un verdadero orgullo y satisfacción, reconoce el Doctor.
Por sus manos han pasado modelos, actrices, cantantes, y famosos televisivos que deseaban un cambio estético inmejorable con su imagen. Tiene su despacho en la ciudad de Alicante, atiborrado de diplomas, premios, reconocimientos y fotos con los más importantes cirujanos plásticos de la era moderna, como el Dr Ivo Pitanguy.
En el origen de su práctica, afirma, está el propio concepto de salud. «No es sólo ausencia de afecciones o enfermedades, sino un estado de completo bienestar físico, mental y social. La función del cirujano plástico no es la de salvar de la muerte a su paciente, sino la de mejorar significativamente su calidad de vida”.
“No entendemos la vida sin cierta trascendencia estética”
La afición al bisturí le vino de familia. Su padre era cirujano plástico jefe de la Unidad de Quemados y Cirugía Plástica del hospital general universitario de Alicante y ex presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE). Se matriculó en la Universidad de Alicante y optó, como dice él, por la rama práctica. «La primera vez que visité un quirófano tenía 14 años. Mi padre practicaba una reducción mamaria. Entonces descubrí de qué pasta estaba hecho yo. Descarté la parte más filosófica de la medicina y decidí pasar a la acción«.
Fue en el Hospital de Alicante donde realizó sus primeras cirugías: injertos, colgajos, reconstrucciones de mama… Más tarde, y después de terminar su formación de cinco años, inició un largo camino de diez años por los mejores congresos de cirugía plástica y estética (Nueva York, Panamá, Brasil, San Francisco, Las Vegas, Japón y, cómo no, Barcelona, Valencia y Madrid), con el fin de aprender las técnicas más modernas y de los mejores profesionales para aplicarlas en sus pacientes.
— ¿Considera que la cirugía plástica es un arte?
Tiene una parte artística, evidentemente, que consiste en aplicar criterios de proporcionalidad y belleza para corregir las alteraciones de la imagen corporal que causan sufrimiento al paciente. Pero por creatividad en cirugía me refiero, no tanto al componente artístico, como a la necesidad de innovar constantemente y de seguir ensanchando el horizonte de nuestros conocimientos.
— ¿Piensa en España como una potencia en cirugía plástica?
Supongo que algo de cierto hay. Nuestra historia es una evocación de la belleza del mundo a través de los edificios y monumentos de nuestras ciudades. No entendemos la vida sin cierta trascendencia estética. Somos gente alegre y muy sociable, nos gusta observar y ser observados. Disfrutamos del sol tanto como denostamos las arrugas. Y ahí es donde entra el cirujano.
“Un cirujano estético sólo debe tratar aquellas dismorfias que causan sufrimiento con una causa razonada”
— ¿A qué obedece la mala prensa de la cirugía estética?
A la mala praxis, por supuesto; al intrusismo profesional y, últimamente, a las clínicas «low cost» que contratan profesionales inexpertos y que han encontrado en la cirugía estética un verdadero negocio de facturación y que tratan a las personas más como clientes que como pacientes. Un cirujano estético sólo debe tratar aquellas dismorfias que causan sufrimiento con una causa razonada.
— ¿Actúan ustedes también como psicólogos?
No ejercemos como tales, pero antes de intervenir tenemos que descartar cualquier tipo de alteración psicológica en el paciente. La más común (el 5% de los pacientes que acuden a su consulta) es la conocida como trastorno dismórfico corporal, que consiste en una preocupación fuera de lo normal por algún defecto, ya sea real o imaginado, percibido en las características físicas propias. Esto no se puede ni se debe operar. El cirujano que lo haga está incurriendo en una mala praxis.
— ¿Está la sociedad actual obsesionada con la juventud?
A nadie le gusta envejecer y nosotros ayudamos en el aspecto físico. Pero hoy tenemos en nuestras manos la posibilidad de vivir más y mejor, y hemos de ser rigurosos con la dieta y no dejar de practicar deporte.
— Disculpe, pero ¿usted se ha operado algo?
¡Jajaja, pues sí! Llevaba varios años deseando hacerme una blefaroplastia (cirugía de párpados) y al final contacté con una amiga, conocí sus trabajos y me operé. ¡Encantado y más joven estoy!
Contacto:
Dr. Manuel Tafalla
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