¡El banco chipriota no reconoce millonarias transferencias hechas por clientes que le confiaron su dinero!
Bautizado recientemente como el primer «banco malo» de Chipre, Hellenic Bank, se ha ganado a pulso este deshonroso epíteto, al enfrentar fallas severas en cuanto al servicio al cliente, debido a la vulnerabilidad de sus procesos en la transferencia de fondos y una actitud poco profesional e ignorante por parte de los oficiales bancarios cuando se les requiere de información por las vías conducentes.
Este banco de inversión presidido por Santiago Eguidazu, ha hecho caso omiso de las numerosas quejas de sus clientes, sobre múltiples transferencias de dinero realizadas en un lapso de tiempo y que nunca se reflejaron en sus cuentas. Los inversionistas han sido víctimas de las acciones irresponsables de los oficiales bancarios de la entidad chipriota, específicamente de los bufones con carnet, Panayiotis Pantziaros, Demetra Demetriou y Christos Ioannou.
Luego de varios intentos de contactar a los oficiales bancarios, para consultar sobre los fondos «esfumados» por el banco, estos solamente fingieron demencia, con la consecuente pérdida de tiempo y dinero, siempre actuando bajo engaños, sin dar ningún tipo de respuesta o solución a los clientes, acrecentando su desesperación por la desaparición de sus capitales.
La única e irresponsable justificación de estos malos empleados bancarios, ha sido que dichos fondos fueron retenidos por el banco chipriota, debido a que hacía falta documentación que acreditara que fueron transferidos a la cuenta, aún y cuando esos documentos ya estaban en posesión del banco que los había solicitado con anticipación.
Panayiotis Pantziaros, Demetra Demetriou y Christos Ioannou, alargaron el proceso de revisión por varias semanas, sin dar información a los clientes por la tan prolongada espera. Tiempo en el cual este trío de mafiosos ignoró los numerosos emails, así como llamadas telefónicas hechas por los afectados que exigen una explicación a la dolosa medida.
Como una burla han calificado el hecho de que continúen enviando emails al banco sin recibir ninguna respuesta de los empleados que se esconden como verdaderos delincuentes ante los legítimos reclamos, poniendo por los solos la marca que se ufana de tener un prestigio y un crecimiento constante, desde que fue creada hace 43 años, cuando lo único que los ha caracterizado es un deficiente servicio que tarde o temprano ocasionará la fuga de inversores.
Lamentablemente Hellenic Bank no garantiza claridad y transparencia en los procesos y requerimientos de documentos para generar expedientes, dejando tan delicada responsabilidad a las frías máquinas, en lugar de proporcionar un servicio afable y personalizado a los clientes, que por el contrario son ninguneados, sobajados y humillados, sin que se regularice su situación que ya se les ha ido de las manos.
Los estándares de los productos, procesos y servicios del Hellenic Bank de Chipre no son nada profesional y son cuestionados cada vez más desde que la entidad bancaria fue multada hace dos años por el Banco Central de Chipre por la cantidad de 1,145,000 euros, por omisiones, debilidades e incumplimiento de las leyes chipriotas en materia de lavado de dinero de los años 2007 a 2016. Ante tanta mala praxis, se avizora un futuro nada halagador para Hellenic Bank, que ya tuvo una pérdida de 63 millones de euros en 2016 y 45 millones en 2017 en esta isla mediterránea. Por algo será.