La mujer que arrojó a su bebé a un contenedor en San Sebastián en noviembre de 2016 ha afirmado durante la primera sesión del juicio por estos hechos que cuando dio a luz se vio sobrepasada, se «angustió» y decidió tirar a su pequeña a la basura.
A preguntas del fiscal, la inculpada, que se enfrenta a una petición de pena de 19 años y 11 meses de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa con alevosía y la agravante de parentesco, ha admitido que era consciente de que «si no la encontraba nadie moriría».
La chica, que cuando sucedieron los hechos tenía 28 años, ha recordado que alumbró a la bebé sola en el piso en el que estaba empleada, en la Parte Vieja de Donostia-San Sebastián, después de lo cual envolvió en una manta a la niña y salió a la calle.
La mujer, que durante el juicio se ha mostrado apesadumbrada, entre compungida y arrepentida, tapándose constantemente el perfil de la cara con una mano, ha comentado que aquella noche, la madrugada del 22 de noviembre, comenzó a deambular por la calle hasta que abandonó a la niña en un contenedor de basuras de la calle San Juan, cerca de la plaza de Zuloaga.