Desde ayer, 1 de enero, la de la gasolina y el gasóleo han podido incrementar su precio en más de 10 céntimos por litro. La subida en el precio del combustible se debe a dos nuevos impuestos. Por un lado, el Gobierno de Pedro Sánchez quiere equiparar la fiscalidad del diésel a la de la gasolina; y por otro, como los presupuestos del Gobierno de Mariano Rajoy están prorrogados, preveían la entrada en vigor de una norma por la que el Ministerio de Hacienda obliga a modificar el tramo autonómico del Impuesto especial sobre Hidrocarburos.
Euskadi se ve especialmente afectada por este impuesto, porque hasta ahora no se aplicaba, pero tampoco en ninguna de las comunidades limítrofes: Cantabria, Castilla y León, La Rioja o Navarra lo habían reflejado en el precio de los combustibles. La subida hará que el litro de carburante sea 4,8 céntimos por litro más caro desde el 1 de enero de 2019.