La empresa vasca Innoprot se dedica principalmente al desarrollo de modelos celulares de enfermedad para la evaluación de fármacos diversos. Su última innovación ha sido la creación de biosensores capaces de analizar al mismo tiempo la eficacia y los posibles efectos secundarios de los fármacos en desarrollo, lo que supone un avance importante en el ámbito de la Investigación.
Estos biosensores llamados Nomad, tienen la capacidad de analizar al mismo tiempo si el compuesto está revertiendo la enfermedad y cuantas posibilidades tiene de provocar efectos secundarios. Esto se hace a través de una doble fluorescencia, verde y roja, a modo de semáforo. “Si salta la luz verde es que el compuesto tiene la eficacia, si salta la roja que tiene efectos secundarios. Lo ideal es cuando salta la verde y no la roja” comenta Jorge Gamiz, responsable comercial de la firma.
Han sido pioneros en lanzar esta tecnología al mercado aunque actualmente ya hay varias empresas que trabajan en proyectos similares, dadas las ventajas que aportan estos biosensores en el campo de la investigación. “Medimos los cambios que se producen en las células y gracias a ello somos capaces de saber si los compuestos con los que estamos tratando la enfermedad están curándola o no” añade Jorge.
Esta tecnología patentada por ellos, permite obtener unos resultados más robustos y fiables, ya que las condiciones experimentales en las que realizan los ensayos son las mismas. Al hacer todo al mismo tiempo también hay un ahorro en costes y una reducción en tiempo de obtención de resultados.
La empresa sigue dos líneas de negocio, por un lado, ofrecen servicios de evaluación de fármacos y ensayos a la carta en sus instalaciones y por otro, venden producto a las grandes compañías farmacéuticas internacionales, que compran directamente los modelos de enfermedad. Las empresas que no tienen la capacidad para hacer evaluación de fármacos son las que acuden a ellos para que realicen los ensayos.
Innoprot es una empresa de biotecnología que nació en 2008 como spin off de la unidad biofísica de la UPV. La idea inicial era desarrollar estos modelos de evaluación de fármacos más centrados en enfermedades neurodegenerativas y los primeros modelos que sacaron iban muy enfocados a enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. Con el tiempo, han ido evolucionando y abarcando nuevos ámbitos. Sus planes a futuro son implantarse en EEUU y tratar de introducir a medio plazo su tecnología también en Asia.