Los principales testigos del juicio que se sigue en Donostia por las presuntas irregularidades en la gestión y construcción del museo Balenciaga de Getaria han constatado la «dependencia» afectiva y emocional «absoluta» de Mariano Camio respecto a Julián Argilagos.
La infraestructura proyectada en 4,8 millones de euros en el año 2000 acabó costando 30 once años después, tras sufrir constantes incrementos económicos a lo largo del tiempo.
El exalcalde de Getaria, Mariano Camio, responsable del proyecto desde sus cargos de vicepresidente de la Fundación Balenciaga y gerente de la sociedad pública Berroeta Aldamar, es el principal procesado en este fraude que, según la Fiscalía, habría cometido en un intento de favorecer al otro imputado: Julián Argilagos, el arquitecto cubano que diseñó el proyecto del museo a pesar de no tener su título convalidado en España y con el que mantenía una «intensa relación sentimental».
Este hecho, como defiende el Ministerio Público, habría llevado a Camio a intentar «favorecer» a Argilagos, quien permanece huido de la justicia, mediante distintas irregularidades como la inclusión de una cláusula «abusiva» en su contrato que le permitió incrementar sus honorarios a medida que crecía el presupuesto del museo, desde los 510.860 euros pactados inicialmente hasta los 1,12 millones.
En la causa está procesado Rolando Paciel, un arquitecto también de origen cubano que se enfrenta a una posible multa por carecer de título convalidado en nuestro país.