La vacuna que desarrolla el Instituto Científico Militar chino y la compañía biofarmacéutica CanSino Biologics ha superado las dos primeras fases de ensayos clínicos y será testada de forma exclusiva en sus fuerzas militares.
Así, el proyecto de CanSino se une a las vacunas experimentales en fase de desarrollo más avanzada, como la de la Universidad de Oxford, la del laboratorio estadounidense Moderna y la de la también empresa china Sinopharm, todas ellas con pruebas en grandes grupos humanos ya en marcha.
La vacuna de CanSino, denominada Ad5-nCoV, está basada en el uso del vector de un adenovirus, el que causa el resfriado común, que se emplea para desarrollar los genes del coronavirus en las células y provocar una respuesta inmunitaria del organismo que lo proteja de futuras infecciones de COVID-19.