El Consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha dado a conocer hoy las nuevas previsiones del Gobierno Vasco, tras conocer las cuentas económicas del Eustat sobre el segundo trimestre del año y datos más recientes sobre el entorno económico, que contemplan una caída del PIB en 2020 del 10,1%, y una intensa recuperación en 2021, situándose en el 8,9%. Esto supondría regresar a niveles de PIB de 2018 en diciembre del próximo año.
En materia de empleo, en 2020 cerca de 30.000 personas perderán su empleo, lo que aumentará la tasa de paro hasta el 11,2%. En 2021, la tasa de paro descenderá previsiblemente hasta el 10,7% y se crearán unos 15.100 empleos.
Desde el punto de vista de la demanda, la mayor parte del descenso de 2020 se deberá a la mala evolución de la demanda interna, aunque también el saldo exterior restará décimas al crecimiento, al reducirse más las exportaciones que las importaciones. El gasto en consumo final se reducirá un 7,9% el presente año, mientras que la formación bruta de capital lo hará un 11,7%. Dentro del consumo, el de las familias se contraerá un 10,8%, mientras que el de las administraciones públicas subirá un 3,1%, debido a las necesidades surgidas en materia de sanidad, educación y servicios sociales durante la pandemia.
La perspectiva sectorial sugiere que la industria será el sector más perjudicado por la situación actual, con una pérdida de su valor añadido del 14,0%, pero también la construcción y los servicios empeorarán notablemente este año. En el caso de los servicios, el descenso del valor añadido será del 9,0%, aunque esa tasa incluye una evolución de los servicios privados más negativa, que se ve parcialmente compensada por unos servicios públicos expansivos.
La intensa recuperación prevista para 2021 será consecuencia directa de la inusual caída del presente año. El efecto rebote que se anticipa para el año próximo es, en gran medida, el resultado de comparar un año en principio típico (2021) con una situación atípica (2020). En ese contexto, la demanda interna aumentará un inusual 7,7% y el saldo exterior apoyará con siete décimas la reactivación de la economía. El consumo privado y la inversión se reactivarán y registrarán valores del 8,9% y del 9,3%, respectivamente. Por su parte, el consumo público volverá a crecer (1,5%), pero a menor ritmo que en 2020, por una menor incidencia de los estabilizadores automáticos y una vuelta a la actividad en la mayoría de las actividades económicas.
A medida que transcurran los trimestres, la actividad de los grandes sectores se recuperará. Será especialmente notable la reactivación de la industria (10,5%), impulsada por la apertura de los mercados exteriores. Los servicios mejorarán, pero su ritmo será algo inferior al del conjunto de la economía, por las dificultades que tendrá todavía el subsector de turismo y hostelería.
Para la realización de este escenario macroeconómico se han tenido en cuenta los crecimientos esperados para las economías del entorno. En concreto, para España se ha considerado una caída del PIB del 10,2% este año y una rápida recuperación del 10,1% el próximo, siguiendo las previsiones de Ceprede. Para la zona del euro, los datos utilizados son un -7,9% y un 6,7% para los dos años mencionados. No se contemplan tensiones en los precios durante este bienio y la cotización del euro respecto al dólar se situará en los 1,14 dólares este año y en 1,16 dólares el próximo. Por último, los tipos de interés seguirán siendo ligeramente negativos.
Termómetro económico agosto 2020
En el mes de agosto, el termómetro de la economía vasca anotó un valor de 35,5, lo cual indica todavía una fuerte recesión, aunque es el cuarto mes consecutivo que mejora su resultado. La mayoría de las variables coyunturales siguen registrando tasas interanuales negativas, pero han suavizado sus caídas. Es significativa la mejora en las estadísticas ligadas a la industria, y tanto el comercio minorista como la venta de viviendas han conseguido incrementos positivos en los últimos meses.