Con motivo del 25 de noviembre, “Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres”, el Gobierno Vasco expresa su firme repulsa ante todas las expresiones de violencia sexista y muestra su compromiso firme de seguir trabajando para avanzar hacia una sociedad libre de violencia contra las mujeres, especialmente teniendo en cuenta la crisis generada por la COVID19 y sus consecuencias.
Desde el inicio de la crisis este Gobierno ha priorizado mantener en funcionamiento y adaptar a la nueva realidad los servicios de atención para los casos de violencia machista contra las mujeres y el acceso a dichos servicios de todas las víctimas considerando su diversidad. Pero, además, está comprometido con la incorporación de la perspectiva de género de forma integral en la respuesta a la pandemia, ya que la crisis sanitaria, económica y social está afectando a todo el mundo, pero no nos está afectando a todos y todas por igual: una de las expresiones de esta desigualdad es la violencia contra las mujeres, que en época de pandemia ha incrementado el grado de vulnerabilidad de muchas mujeres que se han visto obligadas a estar confinadas o a pasar más horas al día con su agresor.
El Gobierno reafirma su compromiso en la mejora continua para dar una respuesta adecuada al enorme desafío que supone la violencia estructural contra las mujeres, un compromiso reflejado en la nueva propuesta de modificación de la ley vasca para la igualdad, en la creación por primera vez en la historia de un departamento de Igualdad en el seno del Gobierno, en la coordinación interdepartamental e interinstitucional y en el refuerzo presupuestario para hacer frente a este desafío.
Asimismo, hacemos un llamamiento a toda la sociedad para que esté atenta y poder así detectar todo tipo de expresión de violencia contra las mujeres. Tal y como reza la campaña de Emakunde, solo una sociedad atenta, puede detectar esta violencia, sobre todo la más oculta, por lo que la animamos a que muestra su rechazo a la violencia contra las mujeres haciendo uso del punto lila, símbolo de la actitud de rechazo a la violencia contra las mujeres, o de otra manera que considere oportuna teniendo siempre en cuenta la situación sanitaria y sus protocolos.
Finalmente, consideramos absolutamente necesario recordar que la raíz de la que nace la violencia contra las mujeres es la desigualdad de mujeres y hombres, y, que, por tanto, es indispensable seguir trabajando en igualdad para poder construir una sociedad libre de violencia contra las mujeres.