Las fiestas navideñas se identifican con regalos, con reuniones familiares y con comidas, cenas y excesos. Pero estas fiestas serán distintas. Las restricciones impuestas por la alerta sanitaria nos llevan a vivir las fiestas en un formato más reducido. En estas circunstancias planificar es más importante que nunca.
Debemos pensar de ante mano cómo protegernos y cómo proteger a nuestras personas queridas y eso debe verse también en nuestra actitud ante el consumo. Comerciantes y hosteleros necesitan que consumamos de manera responsable, que apostemos por lo local y que escalonemos las compras para evitar aglomeraciones. Así, además, lograremos mejoras en nuestra economía doméstica
Este año no podemos abandonan medidas de precaución y consumo responsable. Un consumo responsable implica comprar local, comprar escalonadamente, planificar y evitar el desperdicio alimentario.
Kontsumobide, instituto vasco de consumo recomienda planificar los menús de navidad, organizar y escalonar las compras y ajustarse a las verdaderas necesidades. Estas recomendaciones, habituales por estas fechas, contribuyen a controlar el gasto de las familias y también fomentan el consumo responsable.
Según los datos de la plataforma vasca contra el desperdicio alimentario en la comunidad autónoma vasca se tiran anualmente más de 350.000 toneladas de alimentos, o lo que es lo mismo, 160 kilos por persona y los mayores generadores de desperdicio alimentario son los domicilios.
La compra planificada y escalonada son estrategias que contribuyen a mejorar nuestra economía y al tiempo reducen los riesgos de desperdicio alimentario y contribuyen a enfrentarnos a la crisis sanitaria de forma más responsable.
Una buena distribución de los alimentos en la nevera y despensa o la preparación de los conocidos como “menús de sobras” son también estrategias que debemos incorporar en nuestras rutinas.
El problema del desperdicio alimentario va más allá de un gasto familiar innecesario o un problema ético ante los millones de personas que sufren hambre. Es un problema ecológico de primer orden, tanto por los recursos que se consumen en la producción de alimentos como por los recursos necesarios para procesar los alimentos desechados. Este año, además, la compra escalonada nos permitirá hacer frente a la crisis sanitaria.