La suspensión del turismo en los valles del Pirineo ha provocado un aumento de las ayudas sociales de emergencia, debido a la falta de ingresos de cientos de familias dependientes de contratos estacionales. En este contexto, el gobierno aragonés ha presentado el plan de empleo Remonta para ayudar a los trabajadores afectados durante el cierre de temporada.
Según Lourdes Arrueba, presidenta de la comarca del Alto Gállego, las ayudas de emergencia se han duplicado en los municipios de Biescas, Sallent de Gállego y Panticosa. Por otro lado, indicó que los demandantes son personas que nunca habían acudido a Servicios Sociales, ya que trabajan en temporadas de invierno y verano.
“Algunas se han podido acoger a un ERTE, pero todavía no lo han cobrado y llevan meses sin ingresos. En muchos casos viven de alquiler, y en la parte alta del valle son más elevados. Tienen igualmente deudas en las facturas de luz, gas… incluso algunos ni siquiera disponen dinero para comer”, añadió.
En 2020, se procesaron 352 ayudas sociales, en comparación con 163 durante el 2019. En cuanto a la alimentación, la ayuda es de 75.000 euros; para la factura de energía, 6.000; y en alquileres, 15.000. En enero de este año, se observó un aumento del número de solicitudes, especialmente en los municipios del valle de Tena.
El año pasado, la Comarca de la Jacetania cuadriplicó las ayudas con un total de 556 concedidas y 732 solicitudes. Victoria Mora, responsable del área de Acción Social, señaló que la demanda de peticiones se ha disparado especialmente de marzo a junio del 2019. En ese mismo año, se destinaron 43.762,94 euros y en 2020, 143.306,63. Destacan sobre todo las de alimentación y necesidades básicas (372) y vivienda (137).
Por su parte, la presidenta de la Comarca de la Jacetania, Montse Castán, explicó que se va a implementar una nueva vía de ayudas sociales para llegar a pequeños empresarios que no pueden pagar el alquiler o la luz. Este tipo de ayudas se va a extender a todas las comarcas pirenaicas.
Por otro lado, la crisis ocasionada por la pandemia del COVID-19 ha generado un aumento significativo de la inseguridad alimentaria. Un claro ejemplo de esta tendencia se ha observado en España, donde aumentan las colas para bancos de alimentos, comedores sociales y las ayudas alimentarias ante la escasez de trabajo.
La experta en Nutrición y redactora de GuíadeSuplementos, Fernanda Obregón, considera que la falta de recursos económicos dificulta el acceso a alimentos básicos de una dieta equilibrada, en la que abunden vitaminas, minerales y ácidos grasos para cubrir los requerimientos nutricionales diarios. Asimismo, la deficiencia de vitamina D e hierro puede llevar a sufrir enfermedades digestivas y patologías crónicas como la anemia ferropénica o ferropriva.
Por esta razón, dentro del plan de ayudas sociales, el municipio Aínsa-Sobrarbe utilizó un sistema de reparto de alimentos proporcionados de forma altruista por los productores de aceite, miel, huevos o patatas, que se puso a disposición de las familias más necesitadas.