El programa ‘Azken Sarea Indartzen’ del Fondo Covid ‘Inor Atzean Utzi Gabe’ evitó en 2020 que 4.128 familias en claro riesgo acabasen en situación de exclusión

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  • El proyecto fue creado en colaboración con entidades del Tercer Sector Social vasco, que fueron las que contactaron con las familias
  • Se trata de una ayuda económica ideada para cubrir las necesidades básicas de los colectivos más invisibles para el sistema
  • El programa sigue vigente, con la colaboración de varias entidades

Bilbao, 08/05/2021

En 2020 el Gobierno Vasco, de la mano de las entidades del Tercer Sector Social de Euskadi, repartió 4,5 millones de euros entre 4.128 familias a través de Azken Sarea Indartzen. En total, el proyecto logró atender a 7.163 personas. Se trata de un programa diseñado desde el fondo Covid Inor Atzean Utzi Gabe para paliar los efectos más extremos de la pandemia en el ámbito social, según ha explicado hoy Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco.

La consejera de Igualdad, junto al Obispo auxiliar de Bilbao, Joseba Segura, la alcaldesa en funciones de Bilbao, Amaia Arregi, y el director de Cáritas Bizkaia, Carlos Bargos, ha participado hoy en un acto de balance del programa, en el que han tomado parte las entidades sociales que participan en el mismo, ya que Azken Sarea Indartzen, sigue vigente. Son varias las entidades que participan en el proyecto, bajo el liderazgo de Cáritas: Goiztiri, Bizkaisida, Bizitegi, Erain, Ellacuria, Susterra, Afroamericana, Sidalava, Sortarazi, CEAR, MArgotu, Izangai, y Pertsonalde.

Se trata, ha señalado Artolazabal, de un programa ideado para cubrir las necesidades básicas de algunos colectivos vulnerables, “los más invisibles para el sistema”. En 2020 en total se entregaron 7.621 prestaciones a familias en claro riesgo de caer en situaciones de exclusión. “Estas familias sí eran visibles para las entidades que habéis gestionado este programa. Y de ahí su éxito”, ha celebrado, ya que la colaboración entre agentes sociales y públicos ha sido necesario para poder llegar a estas familias.

La consejera de Igualdad ha descrito el perfil medio de personas beneficiarias de este programa: “mujeres, migrantes, con cargas familiares, que viven en un alojamiento precario y sin acceso al sistema de protección vasco porque dependen de la economía sumergida”. En concreto, 3.259 de esas prestaciones fueron a parar a familias de más de un miembro. La ayuda media que se concede a través de Azken Sarea Indartzen es de 275 euros para familias unipersonales, y de 500 euros para las demás.

“La cercanía, el acompañamiento, la responsabilidad o la solidaridad, han sido valores que han guiado este programa, desde el conocimiento de la realidad” ha enfatizado la consejera. “Desde la colaboración y confianza recíproca, hemos sido capaces de atender y ayudar a estas familias”. Artolazabal ha agradecido la implicación del Tercer Sector Social Vasco durante toda la pandemia, y ha puesto especial énfasis en agradecer su colaboración a entidades que dependen del Obispado y otras vinculadas a la Iglesia Católica en Euskadi, por su “sensibilidad, comprensión y apoyo constante”.

La alcaldesa en funciones de Bilbao, Amaia Arregi, ha señalado que la prioridad “siempre ha sido proteger a todas las personas sin dejar a nadie atrás. Porque en Bilbao y Euskadi nos hemos volcado con aquellas personas que más nos necesitaban, más vulnerables, menos visibles… nos hemos acordado de aquellas que ningún otro sistema tenía en cuenta. Y hemos tenido que dar respuestas más coordinadas, atendiendo la diversidad y singularidad de las personas”.

Arregi también ha puesto en valor la colaboración entre las Administraciones Públicas y las entidades del Tercer Sector, “que nos ha permitido construir los nuevos programas de atención, definiendo los recursos necesarios, en base a un trabajo de diagnóstico compartido. Así hemos logrado afianzar los programas de Ayudas Municipales, de prevención de la soledad, la atención a personas sin hogar y las medidas dirigidas a familias, mujeres, adultos e infancia”.

Por su parte, el Obispo auxiliar de Bilbao, Joseba Segura, ha asegurado que se trata de un programa “que ha sabido aprovechar las fortalezas mutuas y que, por lo tanto, está en consonancia con nuestro espíritu colaborativo”.

Carlos Bargos, director Cáritas Bizkaia, ha puesto en valor que se ha visibilizado “una potente acción conjunta basada en la confianza mutua entre la administración pública y las entidades sociales ante un enorme enemigo común”. “Nos sirve de aprendizaje para afrontar a futuro, con las mismas claves, la desigualdad creciente y la injusticia. Las entidades del Tercer Sector Social han evidenciado su enorme conocimiento, cercanía a la realidad y compromiso global”, ha concluido.

‘Inor Atzean Utzi Gabe’

Tras la declaración del primer estado de alarma, el 14 de marzo de 2020, la Mesa de Diálogo Civil de Euskadi creo una comisión contra la exclusión, que detectó algunas situaciones graves. Gracias a la creación del Fondo Covid Inor Atzean Utzi Gabe, dotado con 10 millones de euros, se pusieron en marcha ocho programas. De la mano de las entidades del Tercer Sector Social vasco, agrupadas en Sareen Sarea, el Gobierno Vasco, activó a mediados de 2020 esos programas para dar respuesta a situaciones de riesgo, exclusión y/o pobreza derivadas o agravadas por el Covid 19. Entre ellos se encuentra el programa Azken Sarea Indartzen.

En total fueron ocho los programas que se pusieron en marcha, de los que siguen vigentes seis: Azken Sarean Indartzen, Lehen Urratsa, Erdu, Aukerak Suspertzen, Betirako y Adi. Los otros dos fueron la red de solidaridad organizada Guztion Artean y el programa para acoger a personas sin hogar durante el confinamiento, Aterpeak.

Adi es un programa que ofrece apoyo psicológico a personas que debido al estado de confinamiento y alarma han visto acentuado su malestar emocional, especialmente, personas mayores; Betirako es un servicio profesional de acompañamiento al duelo de personas que han perdido a algún familiar durante el confinamiento; Aukerak Suspertzen es un programa de refuerzo educativo que salva también la brecha digital de las familias más vulnerables; Erdu es un programa de intervención de proximidad en adicciones; y Lehen Urratsa incorpora la puesta en marcha de itinerarios desde los recursos de alojamiento y acompañamiento social de las personas sin hogar que fueron acogidas en refugios durante el confinamiento.