- Lleva por nombre ‘Morrokotudak’ en homenaje a las mujeres invisibles que lavaban el mineral en las minas vizcaínas
- Cuenta con dos millones de euros para formación con compromiso de contratación en sectores eminentemente masculinos
La Vicelehendakari Idoia Mendia ha presentado hoy en Bilbao el proyecto ‘Morrokotudak’, un programa de formación y contratación de mujeres desempleadas en sectores masculinizados con el objetivo de acortar la brecha salarial, que es “una de las manifestaciones de desigualdad de la mitad de la población”. Con una dotación de dos millones de euros, el Servicio Vasco de Empleo Lanbide lo ha puesto en marcha para incorporar a las mujeres a sectores en los que su presencia es completamente residual.
Acordado con los agentes sociales en el Consejo de Administración de Lanbide, este programa lleva el nombre de las mujeres invisibles que lavaban el mineral en las minas vizcaínas. Ellas fueron imprescindibles para el extraordinario desarrollo industrial, pero quedaban catalogadas en una categoría laboral distinta de los capataces, peones o pinches, por lo que cobraban la mitad que los hombres y muchas no tenían ningún tipo de derecho. De los dos millones de euros de presupuesto, 860.000 son para actividades formativas con compromiso de contratación y 1,14 millones para contratar al menos al 70% de las alumnas que completen el ciclo y, al menos, durante seis meses a jornada completa.
Junto al monumento a las Sirgueras del Paseo de Uribitarte en Bilbao que recuerda a otras mujeres que desempeñaron una función esencial en condiciones de explotación, Mendia ha comparecido junto a la presidenta de la Federación Vizcaína del Metal, Garbiñe Espejo, la secretaria general de Industria de Comisiones Obreras, Tamara Yagüe, y Ana Mari Cuadra, hija de una de aquellas morrokotudak.
Las que lavaban el mineral
Mendia ha explicado que “morrocotudas fue el nombre que se dio a las mujeres que trabajaban en las minas”, las que lavaban el mineral, hacían cartuchos de dinamita y sustituían a los hombres cuando estos enfermaban o tenían accidentes. “Eso sí”, ha precisado, “hacían el mismo trabajo y cobraban menos”. Según ha quedado registrado en los libros de jornales que se conservan en el Museo de la Minería, había categorías de capataz, de peón, de pinche y otra distinta, “mujer”. “Las que figuraban estaban peor pagadas, pero incluso había muchas que no tenían ni la misma cobertura social ni laboral, y a ello sumaban el estigma de una labor despreciada”, ha insistido.
De ahí que este programa quiera “recuperar su dignidad, el lugar que les corresponde en la historia del progreso de Euskadi”, ha asegurado. Y por ello se ha presentado junto a la escultura que recuerda a las Sirgueras, “las que arrastraban el mineral con una fuerza que nos sorprendería, pero que si lo hicieron es porque eran más baratas que los bueyes”, ha apuntado la vicelehendakari.
A su juicio, la puesta en marcha de este programa de formación y contratación de mujeres desempleadas en sectores masculinizados es también una oportunidad de “visibilizar que se pueden y se deben ir rompiendo esas barreras”, al tiempo que ha asegurado que no se trata de un programa “aislado”. El departamento de Trabajo y Empleo trabaja en el impulso de los planes de igualdad en las empresas, ha recordado, ha difundido un libro sobre el Trabajo de Igual Valor donde se explica cómo hay tareas idénticas pero que, por convenciones culturales o por distintas razones, llevan a las mujeres a estar peor pagadas, y cuenta con diferentes proyectos para favorecer el emprendimiento y el liderazgo femenino.
Como ha explicado la Vicelehendakari, este novedoso plan “va dirigido a empresas y mujeres desempleadas que en estos momentos tengan contratos parciales, y tenemos la convicción de que una vez que las empresas cuenten con este talento, no lo van a desperdiciar”. Asimismo, Mendia ha agradecido a empresas y sindicatos que “se están implicando con nosotros en esta tarea” porque “es la manera más sólida para avanzar”.
