El congreso Euskal Hiria concluye con una llamada a “recuperar las ciudades”

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PRUEBA
  • Este foro organizado por el Gobierno Vasco y ONU-Hábitat, incide en la necesidad de la regeneración urbana. Un estudio revela que el 30% de los barrios de Euskadi está en condiciones de vulnerabilidad alta o muy alta, y su relación directa con la salud.
  • En esta 20ª edición de Euskal Hiria se han avanzado los planes para proteger el litoral vasco de la subida del nivel del mar, para afrontar el declive demográfico de Rioja Alavesa, para reducir la macrocefalia de Vitoria dentro de Álava Central y también los retos del Bilbao Metropolitano.

 

La segunda jornada de Euskal Hiria ha incidido en la transformación social y ambiental de las ciudades, y se ha fijado en dos casos concretos: la regeneración urbana en ámbitos vulnerables de Euskadi y el Plan Territorial Sectorial (PTS) de protección del litoral vasco. La sesión se ha iniciado con Joan Clos, exdirector de ONU-Habitat y exalcalde de Barcelona, que, basándose en el ejemplo de la capital catalana, ha subrayado que “la regeneración urbana se puede hacer si se planea bien y se ejecuta con agilidad y capacidad de gestión”. La importancia de la regeneración urbana ha tenido protagonismo en este congreso celebrado en Vitoria-Gasteiz. En una ponencia marco, Ignacio de la Puerta, director de Planificación Territorial y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, ha explicado la necesidad de “recuperar las ciudades”. Un estudio del propio Gobierno desvela que, a pesar de los últimos 40 años de inversiones públicas, “el 30% de los barrios de Euskadi están en condiciones de vulnerabilidad alta o muy alta”, además de constatarse “la relación entre la vulnerabilidad y la salud”.  Para afrontar esta situación, el Gobierno Vasco cuenta con un proyecto de regeneración urbana integral abierto a los municipios vascos, y para llevarlo a cabo se plantea “extender el modelo Opengela”, financiado por la Comisión Europea y que cuenta con dos pilotos en los barrios de Otxarkoaga (Bilbao) y Txonta (Eibar). Ya ha empezado a replicarse en Lasarte-Oria, Durango, así como en Pasaia. Y, como explicó el consejero Iñaki Arriola la víspera, se va a extender a Abanto-Zierbena, Santurtzi, Portugalete, Valle de Trapaga, además de Amurrio y Orduña. Ignacio de la Puerta ha recalcado la importancia de generar “confianza” con el vecindario, “sensibilizar sobre los beneficios de la intervención para mejorar el confort y la habitabilidad”, realizar un “diagnóstico sobre aspectos económicos, sociales y culturales”, fomentar oportunidades de empleo y “ofrecer un espacio de encuentro y confianza que funciona como ventanilla única”. En este sentido, el modelo Opengela impulsa la creación de oficinas de proximidad en cada barrio, que acompañan al vecindario en el proceso de regeneración urbana”. También apuntó la novedad de que aporta “una financiación justa y asequible para todos”.  

Los riesgos del litoral vasco

La segunda jornada de Euskal Hiria ha terminado con una referencia a la transformación ambiental y ha tomado como claro ejemplo el litoral vasco, cuyo Plan Territorial Sectorial (PTS) se halla en plena revisión. Abarca a 63 municipios y al 58% de la población de Euskadi, que se enfrentan al reto de aumentar su resiliencia ante el cambio climático tomando como referencia el peor escenario posible a 2100, con un incremento de la pleamar máxima de 80 centímetros.

El documento, presentado por la ingeniera Amaia Salaberria, toma como referencia dos años, el 2045 y el 2100, con una hipótesis para el primero en la que el nivel del mar se incrementará en 17. Para 2100 se esbozan dos escenarios: uno de emisiones de gases de efecto invernadero en el que se adopten las medidas recogidas en los Acuerdos de París para mitigar el cambio climático, que supondría un incremento del nivel del mar de 53 centímetros como resultado, y otro en el que se mantiene inalterable la tendencia actual, sin medidas paliativas, lo que supondría un aumento del nivel del mar de 80 centímetros. Es este último escenario de 2100, el que marca la tendencia actual, el que se toma como referencia para elaborar el PTS del Litoral.

Por este motivo, la revisión del PTS establece que los nuevos desarrollos residenciales o industriales se sitúen en zonas no inundables teniendo como referencia el peor escenario a 2100. De las 10.504 hectáreas de suelo residencial afectadas por este estudio, 118,7 son inundables hoy y 290 lo serán en 2100 si no se adoptan medidas de mitigación y adaptación al cambio climático: un incremento del 144,3% sobre la actualidad. Asimismo, el documento insiste en el mantenimiento natural del litoral, impidiendo o limitando el desarrollo urbano en algunas zonas y permitiendo la recuperación ambiental de otras.

Los mapas del plan recogen el agravamiento de las inundaciones por el cambio climático, en lugares que van desde el Bilbao Metropolitano como las áreas de Getxo, Erandio, Trapagarán, Bakio y Bilbao, hasta Zumaia, Zarautz, Irún u Hondarribia 

En cuanto al oleaje, un fenómeno que se añade a los dos tipos de mareas, la probabilidad actual de superar la cota de inundabilidad está situada hoy en día en el 4%, 15 días al año que aumentarán a 33 en 2045 y que se estima puedan llegar a 197 días (54%) en el peor escenario de 2100.

Atendiendo a esos futuros escenarios, la revisión del PTS del Litoral indica que, de las 143 hectáreas de playas, hoy en día 64,8 son inundables por las mareas, en 2045 se inundarán 69,6 y en 2100, en el peor escenario posible, se inundarían 91,4 hectáreas, un 40% más que en la actualidad, con un mayor impacto en playas como las de Hondarribia y Ondarreta y la desaparición de algunas de las que salpican la costa vasca.

Asimismo, el PTS del Litoral se fija en los efectos sobre las dunas y marismas, especialmente sensibles al cambio climático. El pronóstico es que, de las 315 hectáreas de marismas, tan solo quedarán el 25% de las actuales en 2100 atendiendo al peor escenario posible.

El documento está en pleno proceso participativo, con instituciones, asociaciones territoriales, ONG, y otras entidades y organismos interesados y afectados. Su aprobación inicial está prevista para verano de 2022 y la definitiva para verano de 2023.

 Planes para Álava Central y Rioja Alavesa

Durante la jornada del lunes por la tarde se adelantaron algunos de los aspectos clave sobre los que girarán los próximos planes para las áreas de Álava Central y Rioja Alavesa. En el caso de esta última, el experto Juan Requejo, que está trabajando en el avance del nuevo Plan Territorial Parcial (PTP), llamó la atención sobre algunas realidades actuales, como “el declive demográfico”. “La Rioja Alavesa tiene la renta per cápìta más alta de Euskadi, pero mucha gente que genera esa riqueza no vive allí”, explicó. Por otro lado, habló del “desorden de la modernización” que generó hace unas décadas el salto cualitativo en la producción de vino. El futuro de la comarca pasa por la “autosuficiencia conectada” (que cada uno sea capaz de generar su propia energía, impulsando las renovables con comunidades energéticas o el autoconsumo), por la descarbonización a través de “acoplar ciudad y territorio”, lo que supone un cambio de modelo, y por “gestionar la escasez” de la mejor manera, puesto que “la cuenca del Ebro es deficitaria”. Y algo más: “Hay que reivindicar el Ebro”, de modo que tenga un papel preponderante que ahora mismo no tiene, según Juan Requejo. En Álava Central, José María Ezquiaga, que está trabajando en el avance de nuevo PTP, remarcó el “alto valor ambiental de la zona”, donde Vitoria acapara un 80% de la población y el empleo del territorio. Abogó por combatir esa macrocefalia mediante la creación de “cabeceras o subcabeceras, y distribuir los bienes públicos” porque hay “núcleos medianos o pequeños que pueden vertebrar” la comarca. Defendió “el carácter industrial” de Álava Central, algo que “lo quisieran para sí otros muchos territorios”, además de la necesidad de “avanzar en la autosuficiencia en energías renovables”. Ezquiaga mencionó también la “soberanía alimentaria”: “estamos muy cerca de lograrla, es este sentido es una zona modélica”. Y, a modo de eslogan, apostó por “más campo, más ciudad” y un modelo “no solo basado en la productividad sino también en la sostenibilidad” porque “el enemigo de estos núcleos no son el centro de la ciudad, sino la tentación de crear suburbanizaciones”.      Antes, Carlos Moreno, uno de los mayores expertos en ‘la ciudad de los 15 minutos’ explicó las actuaciones que ha acometido en París, donde trabaja como asesor de la Alcaldía. Allí ha retomado “la ida de la ciudad descentrlizada”, para lo que se interviene de diversas maneras. Se trata de “reinventar el ritmo de la ciudad”, “usar más y mejor los edificios que ya existen” y “tener más afecto por la ciudad”. Para ello el Ayuntamiento compra terrenos para alquilarlos al comercio local a precios asequibles en toda la ciudad, además de apostar por la vivienda social, e incluso potenciar el trabajo cerca de casa favoreciendo la instalación de “lugares intermedios”. Todo esto favorece la “desaturación de espacios” y una “densidad orgánica”.  También se trató el planeamiento del Bilbao Metropolitano, a cargo de Idoia Garay, de la Diputación de Bizkaia, e Idoia Postigo, de Bilbao Metrópoli 30. El área abarca a 35 municipios y casi 900.000 habitantes. El avance de PTP cambia de filosofía con respecto a su predecesor, aprobado en 2006 y en vez de ser expansionista limitará los crecimientos urbanos buscando la eficiencia de los ya urbanizados, pero también sin descuidar la protección del medio físico y natural.