En un comunicado, Irungo Harrera Sarea ha denunciado que a causa del bloqueo en la frontera las personas en tránsito que están llegando a Irun están viviendo una situación «cada vez más precaria y peligrosa». «La vigilancia y el control racista de la policía en la frontera francesa es cada vez más férrea», añade.
Según esta red, el pasado 6 de enero llegaron más de 50 personas al punto fronterizo y «con una temperatura gélida de dos grados bajo cero cuatro personas durmieron en la calle». Al ver la situación, Irungo Harrera Sarea preparó al día siguiente un dispositivo con dos tiendas de campaña, esterillas y mantas.
Asimismo ha denunciado que el pasado viernes «un chico que intentó cruzar la frontera por cuarta vez, al salir a la carrera para evitar su detención, se rompió el fémur y ha tenido que ser operado, necesitará al menos tres meses para seguir su viaje».
Ante este tipo de situaciones, Irungo Harrera Sarea ha pedido a las instituciones que acojan y protejan a las personas migrantes, «a todas, de una manera humana y digna».