- Organiza hasta el 3 de abril en Bermeo una exposición que recoge las labores de reconstrucción del bombardeo de Gernika y la ampliación de la línea férrea de Sukarrieta a la villa marinera
- El acto de reconocimiento, que ha apelado a la memoria histórica como base para fortalecer la cultura democrática y la convivencia, ha estado presidido por el Lehendakari y ha contado con la presencia del ministro Felix Bolaños
El Gobierno Vasco ha homenajeado esta mañana en Bermeo a las víctimas de trabajos forzados empleadas como mano de obra esclava durante la Guerra Civil y el franquismo. Hoy se ha puesto el foco sobre una página de nuestra historia reciente silenciada, al divulgarse la utilización desde 1937, y durante buena parte de la dictadura, de miles de prisioneros de guerra, y con posterioridad presos comunes, para la reconstrucción de pueblos, infraestructuras, o la construcción de carreteras, pantanos o vías férreas. Entre ellos se encuentran los destacamentos penales, primero de Gernika y más tarde de Bermeo, que tomaron parte en desescombrar y levantar de nuevo la villa foral, así como en la reconstrucción de la estación y parte de su vía férrea y la ampliación de la línea del ferrocarril desde Sukarrieta hasta la villa marinera.
Para dejar constancia de este pasaje de la historia, la Asociación de Profesionales y Estudiantes de Criminología del País Vasco (APECPV-EHPIKE), junto con el departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, han organizado una exposición fotográfica, que se mantendrá abierta hasta el 3 de abril en la antigua Cofradía de Pescadores de Bermeo, así como un ciclo de charlas. Las estaciones ferroviarias de Gernika, Itsasbegi (Sukarrieta), Mundaka y Bermeo también acoggerán paneles con parte del material expositivo, con el objetivo de sacar a la calle esta parte de nuestro pasado. Todo este material se recoge en la edición de una publicación, en la que han participado diversos organismos, que pretende reivindicar la dignidad arrebatada a unos hombres, que penaron su derrota trabajando como esclavos para el franquismo.
Antes de la apertura oficial de la muestra, se ha desarrollado un acto de reconocimiento a los familiares de estos presos en el Casino de Bermeo con la participación, entre otros, del Lehendakari Iñigo Urkullu, el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del Gobierno de España, Félix Bolaños, y los consejeros de los departamentos de Planificación Territorial, Vivienda y Trasportes, e Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola y Beatriz Artolazabal, respectivamente. En el homenaje, donde se ha hecho entrega de un trozo de vía conmemorativo a los familiares de los reclusos, también han tomado la palabra el alcalde de Bermeo, Aritz Abaroa, y el vicepresidente de la APECPV-EHPIKE, Diego Leonet, que ha subrayado la trascendencia de la presencia institucional, “para decir a los descendientes que lo que hicieron a sus familiares fue injusto, que ninguno se merecía los tratos inhumanos y degradantes a los que fueron sometidos. Y también para que la sociedad civil sepa qué ocurrió y por qué”. En el acto han participado parientes de una docena de penados, de un total de más de ochenta identificados hasta el momento. Una placa conmemorativa lucirá en las estaciones ferroviarias de Bermeo y Gernika en memoria de todos ellos.
Tras la Guerra Civil española, en la comarca de Busturialdea, en Bizkaia, muchos hombres que habían combatido por la República española, o que simplemente eran afectos a ella, además de presos comunes, fueron obligados por la dictadura a trabajar en la reconstrucción de los efectos producidos por la contienda.
La reconstrucción de Gernika tras el bombardeo y de su vía férrea, así como la ampliación de la línea entre Pedernales/Sukarrieta y Bermeo, fueron parte de su tajo. Ahí bregaron en condiciones deplorables, padeciendo además penas de destierro y desarraigo, porque la mayoría de reclusos eran traídos de Extremadura o Andalucía, entre otras regiones. Desde el año 1944, en las obras trabajaron también más de un centenar de “libertos”, como se denominaba a los presos que habían sido ya indultados o que habían cumplido condena. Muchos de estos reclusos, desterrados de sus lugares de origen por la dictadura, se quedaron a vivir en la comarca.
A pesar de que el ferrocarril fue inaugurado en 1955 y se hallaba en pleno funcionamiento, los hombres tuvieron que seguir trabajando en labores accesorias hasta dejarlo definitivamente terminado. Una vez rematadas las obras, el destacamento penal de Bermeo fue desmantelado en 1958 y los 30 presos que permanecían en él fueron trasladados a otros centros en Madrid y Murcia.
El consejero Arriola ha explicado que en la actualidad esa línea ferroviaria sigue dando servicio a los habitantes de la comarca. “El trabajo de aquellos hombres –ha señalado–sigue vivo, aunque muchas de las personas usuarias desconocen la historia de los raíles que les transportan a sus hogares, a su trabajo o al disfrute de su ocio, en qué circunstancias se construyeron, y quiénes fueron sus protagonistas. Hoy nos hemos propuesto dar a conocer este relato y saldar una deuda histórica con ellos y sus familias”.