El Gobierno Vasco revisará sus previsiones de crecimiento económico para 2022 debido al conflicto bélico en Ucrania

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El Departamento de Economía y Hacienda se verá obligado a revisar las previsiones de crecimiento económico para 2022 debido al conflicto bélico en Ucrania, que inevitablemente afecta a la evolución de la economía vasca. Así se desprende de la valoración que el Departamento ha realizado de las Cuentas Económicas Trimestrales del cuarto trimestre de 2021 de EUSTAT, que confirman el crecimiento para el año pasado en el 5,6% – la tasa más elevada desde 1998-, tal y como estimó el Departamento del Consejero Azpiazu. Además, la cifra interanual para el cuarto trimestre era, en la previsión, del 4,6%, tan solo una décima inferior al dato ahora conocido. Sin embargo, los acontecimientos bélicos que se han producido entre Rusia y Ucrania obligan a realizar una valoración de 2022 diferente a la que se hizo en diciembre.

La expansión vivida en 2021 por la economía vasca ha sido muy importante y algo superior a la media de los países europeos, que incrementaron su PIB un 5,2% en media anual. A pesar de ello, todavía no se ha recuperado el PIB previo a la pandemia, algo que se espera conseguir en el segundo trimestre de este año. Las dificultades que habrá que afrontar para conseguirlo son muchas y de gran entidad: el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el control de la pandemia y futuras variantes, la falta de suministros, que puede acentuarse como resultado del conflicto, y la elevada inflación, que ya no se vislumbra como un fenómeno pasajero, sino que puede perdurar más de lo inicialmente esperado, debido, precisamente, a los efectos de la guerra sobre los precios energéticos -gas y petróleo- y porque puede ahondar la escasez de materias primas para la industria, la agricultura, etc.

En materia de empleo, los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo aumentaron un 5,5% en media anual, una cifra que se traduce en una creación de 49.120 puestos de trabajo. Esas cifras son superiores a las previstas en diciembre, por lo que se confirma que esta recuperación está siendo intensiva en empleo.

Centrando el análisis en la oferta, se aprecia que el sector más dinámico fue la industria, que creció en el conjunto del año un 8,5%, aunque con un perfil de suave desaceleración en la segunda mitad del año, precisamente como consecuencia de la falta de componentes para algunas manufacturas. Algunas estimaciones señalan que el problema del suministro podría haber restado al PIB europeo entre 0,5 y 1,8 puntos, en función de la importancia que tenga la industria en la estructura económica de cada país.

La construcción consiguió un rebote importante en el segundo trimestre, pero se ha ido desacelerando durante el resto del año hasta anotar un aumento del 0,5% en el cuarto trimestre.

En los servicios, se aprecia un comportamiento muy dinámico en comercio, hostelería y transporte, a medida que las restricciones su fueron suavizando. Gracias a ello, su valor añadido creció un 5,0% en media anual y un 5,4% en el cuarto trimestre. Por su parte, los servicios ligados a la administración pública ofrecieron un perfil menos dinámico, pero significativo todavía (2,5% en 2021 y 2,6% en el cuarto trimestre).

La perspectiva de la demanda señala que el sector exterior realizó una aportación positiva al incremento del PIB, tanto en media anual como, especialmente, en el cuarto trimestre. La reactivación de los mercados exteriores fue decisiva y, así, las exportaciones de bienes y servicios al exterior (extranjero y resto del estado) aumentaron, en términos reales, el doble que el PIB (11,8% frente al 5,6%, ambos en media anual), mientras que las importaciones crecieron también a buen ritmo (10,8% en media anual).